Talált 210 Eredmények: familia real

  • Me fueron arrebatados todos mis bienes; nada quedó sin confiscar para el tesoro real, salvo mi mujer Ana y mi hijo Tobías. (Tobías 1, 20)

  • Fuese Tobías a informar a su padre y le dijo: «Ya he encontrado un hombre, que es israelita, hermano nuestro.» Contestóle Tobit: «Llámale, para que yo sepa a qué familia y tribu pertenece, y si es digno de confianza para que te acompañe, hijo.» Salió Tobías, le llamó y le dijo: «Joven, mi padre te llama.» (Tobías 5, 9)

  • Tobit le dijo: «¿Querrías decirme, hermano, a qué familia y tribu perteneces? (Tobías 5, 11)

  • Le dijo Tobit: «Seas venido sano y salvo, hermano; y no lleves a mal, hermano, mi deseo de conocer con certeza tu nombre y familia. Resulta ahora que eres de mi parentela y que perteneces a un linaje bueno y honrado. He conocido a Ananías y a Natán, los dos hijos del gran Semeías; ellos iban conmigo a Jerusalén y conmigo adoraban allí, sin desviarse del buen camino. Tus hermanos son hombres de bien; de buen linaje procedes. ¡El gozo sea contigo!» (Tobías 5, 14)

  • provisiones abundantes para cada hombre y muchísimo oro y plata de la casa real. (Judit 2, 18)

  • Su marido Manasés, de la misma tribu y familia que ella, había muerto en la época de la recolección de la cebada. (Judit 8, 2)

  • «Verdad es que no hay en nuestro tiempo ni en nuestros días tribu, familia, pueblo o ciudad de las nuestras que se postre ante dioses hechos por mano de hombre, como sucedió en otros tiempos, (Judit 8, 18)

  • en aquellos días, estando el rey sentado en el trono real, en la ciudadela de Susa, (Ester 1, 2)

  • Cumplido aquel plazo, ofreció el rey a todos los que se hallaban en la ciudadela de Susa, desde el mayor al más pequeño, un banquete de siete días en el patio del jardín del palacio real. (Ester 1, 5)

  • que hicieran venir a la reina Vastí a presencia del rey, con diadema real, para que vieran las gentes y los jefes su belleza, porque, en efecto, era muy bella. (Ester 1, 11)

  • Cuando se proclamó la orden y el edicto del rey, fueron reunidas muchísimas jóvenes en la ciudadela de Susa, bajo la vigilancia de Hegué; también Ester fue llevada al palacio real y puesta bajo la vigilancia de Hegué, encargado de las mujeres. (Ester 2, 8)

  • Cuando una joven se presentaba al rey, le daban cuanto pedía y lo llevaba consigo del harén al palacio real. (Ester 2, 13)


“Uma só coisa é necessária: estar perto de Jesus”. São Padre Pio de Pietrelcina