Talált 210 Eredmények: familia real

  • El rey preguntó a Sibá: «¿Para qué es esto?» Sibá contestó: «Los asnos son para que la familia del rey pueda montar, los panes y frutas son para que los muchachos coman y el vino para que beba el que se fatigue en el desierto.» (II Samuel 16, 2)

  • para ayudar a pasar a la familia del rey, y hacer todo lo que le pareciera bien. Semeí, hijo de Guerá, se echó ante el rey, cuando hubo pasado el Jordán, (II Samuel 19, 19)

  • Pues toda la familia de mi padre merecía la muerte de parte del rey mi señor, y tú, con todo, has puesto a tu siervo entre los que comen a tu mesa. ¿Qué derecho tengo yo a implorar todavía al rey?» (II Samuel 19, 29)

  • Más aún, Salomón se ha sentado en el trono real, (I Reyes 1, 46)

  • Suscitó Yahveh un adversario a Salomón en Hadad, edomita, de la estirpe real de Edom. (I Reyes 11, 14)

  • Cuando se hizo rey, apenas sentado sobre su trono, mató a toda la familia de Basá, sin dejar ningún varón ni pariente ni amigo. (I Reyes 16, 11)

  • Se levantó la mujer e hizo según la palabra del hombre de Dios; se fue ella y su familia a vivir en tierra de filisteos siete años. (II Reyes 8, 2)

  • Anduvo por el camino de los reyes de Israel como había hecho la casa de Ajab, porque se había casado con una mujer de la familia de Ajab, e hizo mal a los ojos de Yahveh. (II Reyes 8, 18)

  • Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que había muerto su hijo, se levantó y exterminó toda la estirpe real. (II Reyes 11, 1)

  • Pero en el mes séptimo, Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisamá, que era de linaje real, vino con diez hombres e hirieron de muerte a Godolías, así como a los judíos y caldeos que estaban con él, en Mispá. (II Reyes 25, 25)

  • He aquí sus residencias según el orden de sus fronteras: A los hijos de Aarón, de la familia de los quehatitas - pues la suerte cayó sobre ellos - (I Crónicas 6, 39)

  • Para los hijos de Guersom: De la familia de la media tribu de Manasés, Golán, en Basán, con sus ejidos, Astarot con sus ejidos. (I Crónicas 6, 56)


“O passado não conta mais para o Senhor. O que conta é o presente e estar atento e pronto para reparar o que foi feito.” São Padre Pio de Pietrelcina