Talált 327 Eredmények: fuerza interior

  • Cuando acabó de medir el interior de la Casa, me hizo salir en dirección al pórtico que mira a oriente y midió todo el ámbito. (Ezequiel 42, 15)

  • El espíritu me levantó y me introdujo en el atrio interior, y he aquí que la gloria de Yahveh llenaba la Casa. (Ezequiel 43, 5)

  • Cuando entren por los pórticos del atrio interior, llevarán hábitos de lino; no irán vestidos de lana cuando oficien en los pórticos del atrio interior, y en la Casa. (Ezequiel 44, 17)

  • Ningún sacerdote beberá vino el día que tenga que entrar en el atrio interior. (Ezequiel 44, 21)

  • y luego, el día en que entre en el Santo, en el atrio interior para oficiar en el Santo, ofrecerá su sacrificio por el pecado, oráculo del Señor Yahveh. (Ezequiel 44, 27)

  • El sacerdote tomará la sangre de la víctima por el pecado y la pondrá en las jambas del pórtico de la Casa, en los cuatro ángulos del zócalo del altar, y en las jambas de los pórticos del atrio interior. (Ezequiel 45, 19)

  • Así dice el Señor Yahveh: El pórtico del atrio interior que mira a oriente estará cerrado los seis días laborables. El sábado se le abrirá, así como el día del novilunio; (Ezequiel 46, 1)

  • Tomó Daniel la palabra y dijo: «Bendito sea el Nombre de Dios por los siglos de los siglos, pues suyos son el saber y la fuerza. (Daniel 2, 20)

  • A ti, Dios de mis padres, doy yo gracias y alabo, porque me has concedido sabiduría y fuerza; y ahora me has dado a conocer lo que te habíamos pedido, la cosa del rey nos has dado a conocer.» (Daniel 2, 23)

  • Tú, oh rey, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado reino, fuerza, poder y gloria (Daniel 2, 37)

  • El heraldo pregonó con fuerza: «A vosotros, pueblos, naciones y lenguas, se os hace saber: (Daniel 3, 4)

  • Sean confundidos los que a tus siervos hacen daño, queden cubiertos de vergüenza, privados de todo su poder, sea aplastada su fuerza. (Daniel 3, 44)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina