Talált 98 Eredmények: guardia

  • Todas las tropas caldeas que había con el jefe de la guardia demolieron las murallas que rodeaban a Jerusalén. (Jeremías 52, 14)

  • Cuanto (a una parte de los pobres del país) al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y el resto de los artesanos, Nebuzaradán, jefe de la guardia, los deportó, (Jeremías 52, 15)

  • El jefe de la guardia tomó las vasijas, los incensarios y los aspersorios, los ceniceros, los candeleros, las cucharas y las tazas, cuanto había de oro y plata. (Jeremías 52, 19)

  • El jefe de la guardia tomó preso a Seraías, primer sacerdote, y a Sefanías, segundo sacerdote, y a los tres encargados del umbral. (Jeremías 52, 24)

  • Nebuzaradán, jefe de la guardia, los tomó y los llevó a Riblá, donde el rey de Babilonia, (Jeremías 52, 26)

  • el año veintitrés de Nabucodonosor, Nebuzaradán, jefe de la guardia, deportó a 745 de Judá. En total: 4.600 personas. (Jeremías 52, 30)

  • brillan los astros en su puesto de guardia llenos de alegría, (Baruc 3, 34)

  • Y a todo su séquito, su guardia y todas sus tropas, yo los esparciré a todos los vientos y desenvainaré la espada detrás de ellos. (Ezequiel 12, 14)

  • Serán en mi Santuario los encargados de la guardia de las puertas de la Casa y ministros del servicio de la Casa. Ellos inmolarán el holocausto y el sacrificio por el pueblo, y estarán a su disposición para servirle. (Ezequiel 44, 11)

  • Pero Daniel se dirigió con palabras sabias y prudentes a Aryok, jefe de la guardia real, que se disponía a matar a los sabios de Babilonia. (Daniel 2, 14)

  • ¡Sube un destructor contra ti! ¡Monta la guardia en la fortaleza, vigila el camino, cíñete los lomos, refuerza bien tu fuerza! (Nahún 2, 2)

  • En mi puesto de guardia me pondré, me plantaré en mi muro, y otearé para ver lo que él me dice, lo que responde a mi querella. (Habacuc 2, 1)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina