Talált 328 Eredmények: guerra santa
«Haced el recuento de toda la comunidad de los israelitas, por casas paternas, de veinte años en adelante, de todos los útiles para la guerra.» (Números 26, 2)
Moisés habló al pueblo y le dijo: «Que se armen algunos de vosotros para la guerra de Yahveh contra Madián, para tomar de Madián la venganza de Yahveh. (Números 31, 3)
Los millares de Israel suministraron, a razón de mil por cada tribu, 12.000 hombres armados para la guerra. (Números 31, 5)
Dijo el sacerdote Eleazar a los hombres de la tropa que habían ido a la guerra: «Este es el precepto de la Ley que ordenó Yahveh a Moisés. (Números 31, 21)
Luego repartirás el botín, la mitad para los combatientes que fueron a la guerra y la otra mitad para toda la comunidad. (Números 31, 27)
Reservarás para Yahveh, de la parte de los combatientes que fueron a la guerra, uno por cada quinientos, sean hombres, bueyes, asnos u ovejas. (Números 31, 28)
Fue el botín, el remanente de lo que la gente de guerra había saqueado: 675.000 cabezas de ganado lanar, (Números 31, 32)
Se presentaron ante Moisés los jefes de las tropas de Israel que habían ido a la guerra, jefes de millar y jefes de cien, (Números 31, 48)
Pero tus siervos, todos los que llevan armas, pasarán delante de Yahveh, para ir a la guerra, como dice mi Señor.» (Números 32, 27)
El tiempo que estuvimos caminando desde Cadés Barnea hasta que pasamos el torrente Zéred fue de 38 años; por lo que había desaparecido ya del campamento toda la generación de hombres de guerra, como Yahveh les había jurado. (Deuteronomio 2, 14)
Cuando la muerte había hecho desaparecer a todos los hombres de guerra en medio del pueblo, (Deuteronomio 2, 16)
¿Algún dios intentó jamás venir a buscarse una nación de en medio de otra nación por medio de pruebas, señales, prodigios y guerra, con mano fuerte y tenso brazo, por grandes terrores, como todo lo que Yahveh vuestro Dios hizo con vosotros, a vuestros mismos ojos, en Egipto? (Deuteronomio 4, 34)