Talált 206 Eredmények: hará

  • Nadie podrá resistiros; Yahveh vuestro Dios hará que se os tema y se os respete sobre la haz de toda la tierra que habéis de pisar, como él os ha dicho. (Deuteronomio 11, 25)

  • En esto consiste la remisión. Todo acreedor que posea una prenda personal obtenida de su prójimo, le hará remisión; no apremiará a su prójimo ni a su hermano, si se invoca la remisión en honor de Yahveh. (Deuteronomio 15, 2)

  • No se podrá ejecutar al reo de muerte más que por declaración de dos o tres testigos; no se le hará morir por declaración de un solo testigo. (Deuteronomio 17, 6)

  • Pero no ha de tener muchos caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto para aumentar su caballería, porque Yahveh os ha dicho: «No volveréis a ir jamás por ese camino.» (Deuteronomio 17, 16)

  • la llevarás a tu casa. Ella se rapará la cabeza y se hará las uñas, (Deuteronomio 21, 12)

  • Si el culpable merece azotes, el juez le hará echarse en tierra en su presencia y hará que le azoten con un número de golpes proporcionado a su culpa. (Deuteronomio 25, 2)

  • Yahveh hará de ti el pueblo consagrado a él, como te ha jurado, si tú guardas los mandamientos de Yahveh tu Dios y sigues sus caminos. (Deuteronomio 28, 9)

  • Yahveh te hará rebosar de bienes: frutos de tus entrañas, frutos de tu ganado, y frutos de tu suelo, en esta tierra que él juró a tus padres que te daría. (Deuteronomio 28, 11)

  • Yahveh hará que se te pegue la peste, hasta que te haga desaparecer de este suelo adonde vas a entrar para tomarlo en posesión. (Deuteronomio 28, 21)

  • Yahveh hará que sucumbas ante tus enemigos: salido a su encuentro por un camino, por siete caminos huirás de ellos, y serás el espanto de todos los reinos de la tierra. (Deuteronomio 28, 25)

  • Te desposarás con una mujer y otro hombre la hará suya; edficarás una casa y no la habitarás; plantarás una viña y no podrás disfrutar de ella. (Deuteronomio 28, 30)

  • Yahveh hará terribles tus plagas y las de tu descendencia: plagas grandes y duraderas, enfermedades perniciosas y tenaces. (Deuteronomio 28, 59)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina