Talált 209 Eredmények: jefe

  • En el mes quinto, el diez del mes, en el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzaradán, jefe de la guardia, uno de los que servían ante el rey de Babilonia, vino a Jerusalén. (Jeremías 52, 12)

  • Todas las tropas caldeas que había con el jefe de la guardia demolieron las murallas que rodeaban a Jerusalén. (Jeremías 52, 14)

  • Cuanto (a una parte de los pobres del país) al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y el resto de los artesanos, Nebuzaradán, jefe de la guardia, los deportó, (Jeremías 52, 15)

  • Nebuzaradán el jefe de la quardia, dejó algunos de entre la gente pobre como viñadores y labradores. (Jeremías 52, 16)

  • El jefe de la guardia tomó las vasijas, los incensarios y los aspersorios, los ceniceros, los candeleros, las cucharas y las tazas, cuanto había de oro y plata. (Jeremías 52, 19)

  • El jefe de la guardia tomó preso a Seraías, primer sacerdote, y a Sefanías, segundo sacerdote, y a los tres encargados del umbral. (Jeremías 52, 24)

  • Tomó a un eunuco de la ciudad, que era inspector de los hombres de guerra, siete hombres de los cortesanos del rey, que se encontraban en la ciudad, al secretario del jefe del ejército, encargado del alistamiento del pueblo de la tierra y sesenta hombres de la tierra que se hallaban en la ciudad. (Jeremías 52, 25)

  • Nebuzaradán, jefe de la guardia, los tomó y los llevó a Riblá, donde el rey de Babilonia, (Jeremías 52, 26)

  • el año veintitrés de Nabucodonosor, Nebuzaradán, jefe de la guardia, deportó a 745 de Judá. En total: 4.600 personas. (Jeremías 52, 30)

  • El rey mandó a Aspenaz, jefe de sus eunucos, tomar de entre los israelitas de estirpe real o de familia noble, (Daniel 1, 3)

  • El jefe de los eunucos les puso nombres nuevos: Daniel se llamaría Beltsassar, Ananías Sadrak, Misael Mesak y Azarías Abed Negó. (Daniel 1, 7)

  • Daniel, que tenía el propósito de no mancharse compartiendo los manjares del rey y el vino de su mesa, pidió al jefe de los eunucos permiso para no mancharse. (Daniel 1, 8)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina