Talált 453 Eredmények: justicia divina

  • y ser hallado en él, no con la justicia mía, la que viene de la Ley, sino la que viene por la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios, apoyada en la fe, (Filipenses 3, 9)

  • Os saluda Epafras, vuestro compatriota, siervo de Cristo Jesús, que se esfuerza siempre a favor vuestro en sus oraciones, para que os mantengáis perfectos cumplidores de toda voluntad divina. (Colosenses 4, 12)

  • Porque es propio de la justicia de Dios el pagar con tribulación a los que os atribulan, (II Tesalonicenses 1, 6)

  • Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de estas cosas; corre al alcance de la justicia, de la piedad, de la fe, de la caridad, de la paciencia en el sufrimiento, de la dulzura. (I Timoteo 6, 11)

  • Huye de las pasiones juveniles. Vete al alcance de la justicia, de la fe, de la caridad, de la paz, en unión de los que invocan al Señor con corazón puro. (II Timoteo 2, 22)

  • Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; (II Timoteo 3, 16)

  • Y desde ahora me aguarda la corona de la justicia que aquel Día me entregará el Señor, el justo Juez; y no solamente a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su Manifestación. (II Timoteo 4, 8)

  • que nos enseña a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos con sensatez, justicia y piedad en el siglo presente, (Tito 2, 12)

  • él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, (Tito 3, 5)

  • Amaste la justicia y aborreciste la iniquidad; por eso te ungió, ¡oh Dios!, tu Dios con óleo de alegría con preferencia a tus compañeros. (Hebreos 1, 9)

  • Pues todo el que se nutre de leche desconoce la doctrina de la justicia, porque es niño. (Hebreos 5, 13)

  • al cual dio Abraham el diezmo de todo, y cuyo nombre significa, en primer lugar, «rey de justicia» y, además, rey de Salem, es decir, «rey de paz», (Hebreos 7, 2)


“Comunguemos com santo temor e com grande amor.” São Padre Pio de Pietrelcina