Talált 333 Eredmények: lista de servidores del templo

  • Sacaron el cipo del templo de Baal y lo quemaron. (II Reyes 10, 26)

  • Derribaron el altar de Baal, demolieron el templo de Baal, y lo convirtieron en cloaca hasta el día de hoy. (II Reyes 10, 27)

  • Fue todo el pueblo de la tierra al templo de Baal y lo derribó. Destrozaron sus altares y sus imágenes, y mataron ante los altares a Matán, sacerdote de Baal. El sacerdote puso centinelas en la Casa de Yahveh, (II Reyes 11, 18)

  • Sus servidores se levantaron y tramaron una conjura y mataron a Joás en Bet Milló... (II Reyes 12, 21)

  • Cuando el reino se afianzó en sus manos, mató a los servidores que habían matado al rey su padre, (II Reyes 14, 5)

  • ¿Cómo harias retroceder a uno solo de los más pequeños servidores de mi señor? ¡Te fías de Egipto para tener carros y gentes de carro! (II Reyes 18, 24)

  • Y sucedió que estando él postrado en el templo de su dios Nisrok, sus hijos Adrammélek y Saréser le mataron a espada y se pusieron a salvo en el país de Ararat. Su hijo Asarjaddón reinó en su lugar. (II Reyes 19, 37)

  • Sus servidores trasladaron en carro el cadáver desde Meguiddó, llegaron a Jerusalén y lo sepultaron en su sepulcro. El pueblo de la tierra tomó a Joacaz, hijo de Josías, y le ungieron y proclamaron rey, en lugar de su padre. (II Reyes 23, 30)

  • Joaquín, rey de Judá, se rindió al rey de Babilonia, él, su madre, sus servidores, sus jefes y eunucos; los apresó el rey de Babilonia en el año octavo de su reinado. (II Reyes 24, 12)

  • Depositaron sus armas en el templo de su dios y clavaron su cabeza en el templo de Dagón. (I Crónicas 10, 10)

  • Esta es la lista de los héroes que tenía David: Yasobam, hijo de Jakmoní, jefe de los Treinta, que blandió su lanza e hizo más de trescientas bajas de una sola vez. (I Crónicas 11, 11)

  • Tomó David los escudos de oro que llevaban los servidores de Hadadézer y los llevó a Jerusalén. (I Crónicas 18, 7)


“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina