Talált 15 Eredmények: temblar

  • Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. (Exodo 19, 16)

  • De David. Yahveh es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Yahveh, el refugio de mi vida, ¿por quién he de temblar? (Salmos 27, 1)

  • Temblar ante los hombres es un lazo; el que confía en Yahveh está seguro. (Proverbios 29, 25)

  • Entra en la peña, húndete en el polvo, lejos de la presencia pavorosa de Yahveh y del esplendor de su majestad, cuando él se alce para hacer temblar la tierra. (Isaías 2, 10)

  • Entrarán en las grietas de las peñas y en las hendiduras de la tierra, lejos de la presencia pavorosa de Yahveh y del esplendor de su majestad, cuando él se alce para hacer temblar la tierra. (Isaías 2, 19)

  • y se meterá en los agujeros de las peñas y en las hendiduras de las piedras, lejos de la presencia pavorosa de Yahveh y del esplendor de su majestad, cuando él se alce para hacer temblar la tierra. (Isaías 2, 21)

  • Por eso haré temblar los cielos, y se removerá la tierra de su sitio, en el arrebato de Yahveh Sebaot, en el día de su ira hirviente. (Isaías 13, 13)

  • Los que te ven, en ti se fijan; te miran con atención: «¿Ese es aquél, el que hacía estremecer la tierra, el que hacía temblar los reinos, (Isaías 14, 16)

  • ¡Quédate, pues, con tus sortilegios y tus muchas hechicerías con que te fatigas desde tu juventud! ¿Te podrán servir de algo? ¿Acaso harás temblar? (Isaías 47, 12)

  • como prende el fuego en la hojarasca, como el fuego hace hervir al agua - para dar a conocer tu nombre a tus adversarios, y hacer temblar a las naciones ante ti, (Isaías 64, 1)

  • Que te enseñe tu propio daño, que tus apostasías te escarmienten; reconoce y ve lo malo y amargo que te resulta el dejar a Yahveh tu Dios y no temblar ante mí - oráculo del Señor Yahveh Sebaot -. (Jeremías 2, 19)

  • Su Redentor esforzado, Yahveh Sebaot se llama. El tomará la defensa de su causa hasta hacer temblar la tierra y estremecerse a los habitantes de Babilonia. (Jeremías 50, 34)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina