Talált 52 Eredmények: Abner

  • Durante la guerra entre la casa de Saúl y la casa de David, Abner se hacía cada vez más fuerte en la casa de Saúl. (II Samuel 3, 6)

  • Saúl había tenido una concubina llamada Rispá, hija de Ayá. Abner la tomó para sí. Isbaal dijo a Abner: "¿Por qué te has unido a la concubina de mi padre?". (II Samuel 3, 7)

  • Abner se indignó mucho por estas palabras de Isbaal, y le dijo: "¿Soy yo, acaso, una cabeza de perro? Yo he tenido piedad de la casa de Saúl, con sus hermanos y sus amigos, y no te he dejado caer en manos de David; ¿y ahora me recriminas por una mujer? (II Samuel 3, 8)

  • Que Dios castigue a Abner, si no hago que se cumpla lo que el Señor prometió con juramento a David: (II Samuel 3, 9)

  • Isbaal no pudo responder palabra a Abner por el miedo que le tenía. (II Samuel 3, 11)

  • Abner envió mensajeros a David para decirle: "Haz un pacto conmigo, y yo te apoyaré para que todo Israel se ponga de tu parte". (II Samuel 3, 12)

  • Su marido partió con ella y la siguió llorando hasta Bajurín. Abner le dijo: "Anda, vuélvete". Y él se volvió. (II Samuel 3, 16)

  • Abner dijo a los ancianos de Israel: "Hace tiempo que deseáis tener a David por vuestro rey. (II Samuel 3, 17)

  • Fue acompañado de veinte hombres, y David ofreció un banquete a Abner y a los hombres que le acompañaban. (II Samuel 3, 20)

  • Abner dijo a David: "Me voy a reunir a todo Israel junto a mi señor el rey. Ellos harán un pacto según los deseos de tu corazón". David despidió a Abner, que se marchó en paz. (II Samuel 3, 21)

  • Los hombres de David y Joab llegaron de una expedición trayendo un gran botín. Abner ya no estaba con David en Hebrón, pues le había despedido y había marchado en paz. (II Samuel 3, 22)

  • Cuando llegaron Joab y todo el ejército que él mandaba, comunicaron a Joab que había venido Abner, hijo de Ner, y que el rey le había despedido y le había dejado ir en paz. (II Samuel 3, 23)


“A maior alegria de um pai é que os filhos se amem, formem um só coração e uma só alma. Não fostes vós que me escolhestes, mas o pai celeste que, na minha primeira missa, me fez ver todos os filhos que me confiava”.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina