Talált 365 Eredmények: Agua

  • El ángel del Señor la encontró en el desierto junto a un manantial de agua, la fuente que está en el camino de Sur, (Génesis 16, 7)

  • Os traeremos agua, os lavaréis los pies y reposaréis a la sombra de este árbol. (Génesis 18, 4)

  • Abrahán se levantó muy de mañana, tomó pan y un odre de agua y se lo dio a Agar; puso el niño sobre su hombro, y la despidió. Ella se fue y anduvo errante por el desierto de Berseba. (Génesis 21, 14)

  • Cuando se agotó el agua del odre, dejó al niño bajo un matorral (Génesis 21, 15)

  • Dios abrió los ojos a Agar, que vio un pozo de agua. Se fue a llenar el odre y dio de beber al niño. (Génesis 21, 19)

  • Hizo arrodillar a los camellos en las afueras de la ciudad junto al pozo a la hora de la tarde en que las mozas salen por agua, (Génesis 24, 11)

  • Yo me quedaré junto a esta fuente mientras las hijas de la ciudad salen por agua. (Génesis 24, 13)

  • cuando el criado corrió a su encuentro, y le dijo: "Por favor, dame de beber un poco de agua de tu cántaro". (Génesis 24, 17)

  • Cuando acabó de beber le dijo: "También sacaré agua para tus camellos hasta que se harten". (Génesis 24, 19)

  • Rápidamente vació su cántaro en la pila, corrió de nuevo a sacar agua y trajo para todos los camellos. (Génesis 24, 20)

  • El hombre fue a la casa. Labán desaparejó los camellos y les dio paja y forraje; a él y a sus acompañantes les trajo agua para que se lavaran los pies. (Génesis 24, 32)

  • yo me quedaré aquí junto a la fuente; la joven que salga por agua, a la que yo diga: Dame de beber de tu cántaro (Génesis 24, 43)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina