Talált 21 Eredmények: Arcilla

  • Los hijos de Sión, preciosos, estimados como el oro fino, ¡ay, son tratados como vasos de arcilla, obra de manos de alfarero! (Lamentaciones 4, 2)

  • las piernas, de hierro, y los pies, parte de hierro y parte de arcilla. (Daniel 2, 33)

  • Tú seguías mirando; de pronto una piedra se desprendió de un monte sin intervención humana alguna, alcanzó a la estatua en los pies de hierro y arcilla y los pulverizó. (Daniel 2, 34)

  • Entonces se hizo pedazos todo: el hierro, la arcilla, el bronce, la plata y el oro; quedaron como el tamo de la era en verano, y fueron arrebatados por el viento sin que quedara rastro alguno de ellos; en cambio, la piedra que había herido a la estatua se convirtió en un gran monte, que llenó la tierra entera. (Daniel 2, 35)

  • En cuanto a lo que viste, que los pies y los dedos eran parte de arcilla y parte de hierro, esto significa que era un reino dividido, aunque tendrá ciertamente la consistencia del hierro, ya que viste el hierro mezclado con la arcilla; (Daniel 2, 41)

  • y el que los dedos de los pies fueran parte de hierro y parte de arcilla quiere decir que una parte del imperio será resistente y otra parte, en cambio, frágil. (Daniel 2, 42)

  • El hecho de haber visto tú el hierro mezclado con la arcilla significa que se mezclarán entre sí por simiente humana, pero no formarán un cuerpo uno con otro, de la misma manera que el hierro no se amalgama con la arcilla. (Daniel 2, 43)

  • tal como has visto, que una piedra se desprendió, sin intervención humana, del monte, y pulverizó el hierro, el bronce, la arcilla, la plata y el oro. El Dios grande ha manifestado al monarca lo que sucederá en el futuro. El sueño es verdadero, y digna de fe su interpretación". (Daniel 2, 45)

  • y las apacentará con vara de hierro, como se rompen los vasos de arcilla; (Apocalipsis 2, 27)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina