Talált 25 Eredmények: Armados

  • De la tribu de Judá, armados de escudo y lanza, 6.800 combatientes, equipados para la guerra; (I Crónicas 12, 25)

  • de la tribu de Neftalí, 1.000 jefes con 37.000 hombres armados de escudo y lanza; (I Crónicas 12, 35)

  • tres años de hambre, una derrota de tres meses perseguido por tus enemigos armados de espada o tres días de peste en el país bajo la espada del Señor y el ángel del Señor haciendo estragos en todo Israel. Elige y dime qué debo responder al que me envía". (I Crónicas 21, 12)

  • Asá disponía de un ejército de 300.000 hombres armados de escudo y lanza en Judá, y 280.000 armados de escudo y arco en Benjamín, todos hombres valerosos. (II Crónicas 14, 7)

  • Por Benjamín: el valeroso Eliadá, con 200.000 hombres armados con escudo y arco; (II Crónicas 17, 17)

  • que trabajaban en la muralla. También los cargadores estaban armados: con una mano trabajaban y con la otra empuñaban el arma. (Nehemías 4, 11)

  • Iban coronadas con hojas de olivo, y Judit, a la cabeza del pueblo, dirigía el baile de las mujeres. Los hombres de Israel, armados y coronados, las seguían cantando himnos. (Judit 15, 13)

  • salieron armados contra él; tuvo que huir, alejándose con inmensa tristeza, para volver a Babilonia. (I Macabeos 6, 4)

  • Durante cuarenta días se vieron en toda la ciudad carreras de jinetes corriendo por el aire, con vestiduras de oro, armados de lanzas y formados en escuadrones, (II Macabeos 5, 2)

  • y que con él venía Lisias, tutor y regente. Cada uno de ellos mandaba un ejército griego de ciento diez mil soldados de infantería, cinco mil trescientos de caballería, veintidós elefantes y unos trescientos carros de guerra armados con hoces. (II Macabeos 13, 2)

  • Judas había dejado en sitios estratégicos hombres armados, dispuestos a intervenir, por temor de alguna perfidia imprevista por parte de los enemigos; pero tuvieron una buena entrevista. (II Macabeos 14, 22)

  • Están armados de arcos y espadas; son crueles, sin piedad. Su clamor es como el estruendo del mar, cabalgan en corceles, cada uno está armado para la batalla contra ti, hija de Sión. (Jeremías 6, 23)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina