Talált 33 Eredmények: Canto

  • Al maestro de coro. Sobre "los lirios". Maskil de los hijos de Coré. Canto al amor (Salmos 45, 1)

  • Moab es la vasija en que me lavo, tiro mis sandalias sobre Edón, canto victoria sobre Filistea". (Salmos 60, 10)

  • Moab es la vasija en que me lavo, arrojo mi sandalia contra Edón, canto victoria contra Filistea". (Salmos 108, 10)

  • tus decretos son el objeto de mi canto en mi mansión de peregrino; (Salmos 119, 54)

  • Luego, entonando un canto de guerra en lengua patria, se lanzó de improviso contra las tropas de Gorgias y las puso en fuga. (II Macabeos 12, 37)

  • Una ráfaga de viento, el canto melodioso de los pájaros en la enramada, el rumor cadencioso de las aguas que se precipitan con fuerza, el rudo estrépito de piedras que se despeñan, (Sabiduría 17, 18)

  • En todas sus obras dio gracias al altísimo con palabras de gloria, con todo su corazón cantó himnos y amó a su hacedor. (Eclesiástico 47, 8)

  • La alegría y el júbilo han huido de los huertos; ya no hay en las viñas alborozo ni clamores de fiesta; ya no se pisa el vino en el lagar, ha enmudecido el canto. (Isaías 16, 10)

  • como el calor en tierra seca. Mas tú apaciguas el tumulto de los orgullosos; como el calor a la sombra de una nube, reprimes el canto de los tiranos. (Isaías 25, 5)

  • Cantad al Señor un canto nuevo, su alabanza desde los extremos de la tierra; le ensalce el mar y cuanto abarca, las islas con todos sus habitantes. (Isaías 42, 10)

  • Haré desaparecer de entre ellos los gritos de alegría y algazara, el canto del esposo y de la esposa, el ruido del molino y la luz de la lámpara. (Jeremías 25, 10)

  • el grito de alegría y alborozo, el canto del esposo y de la esposa, la voz de aquellos que, al llevar al templo del Señor los sacrificios de acción de gracias, cantarán: "Dad gracias al Señor omnipotente, porque el Señor es bueno, porque es eterno su amor". Pues yo voy a cambiar la suerte de este país a su condición primera, dice el Señor. (Jeremías 33, 11)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina