Talált 58 Eredmények: Carga

  • Vio que el reposo era bueno y la tierra agradable; inclinará su hombro a la carga y será sujeto a tributo. (Génesis 49, 15)

  • Te agotarás tú y el pueblo que está contigo, porque es una carga demasiado pesada para ti. Ese cometido no puedes hacerlo tú solo. (Exodo 18, 18)

  • que ellos administren justicia al pueblo permanentemente. Que a ti te lleven únicamente los asuntos más importantes; los de poca monta, que los juzguen ellos. Así aligerarás tu carga, y ellos la compartirán contigo. (Exodo 18, 22)

  • Si ves el asno del que te odia caído bajo el peso de su carga, no le abandones; ayúdale a levantarlo. (Exodo 23, 5)

  • David se levantó de madrugada, dejó las ovejas al cuidado de un pastor, tomó su carga y partió, como se lo había mandado Jesé. Llegó al campamento cuando el ejército salía para tomar posiciones, lanzando gritos de guerra. (I Samuel 17, 20)

  • David dejó su carga en manos de un guardián del bagaje, corrió hacia las filas y, cuando llegó, preguntó a sus hermanos cómo se encontraban. (I Samuel 17, 22)

  • David le dijo: "Si vienes conmigo, me serás una carga; (II Samuel 15, 33)

  • Tengo ahora ochenta años. ¿Puedo distinguir todavía entre el bien y el mal? ¿Puede saborear tu siervo lo que come y lo que bebe? ¿Puedo escuchar todavía la voz de los cantores y cantoras? ¿Por qué va a ser tu siervo una carga para mi señor, el rey? (II Samuel 19, 36)

  • Naamán dijo: "Déjame llevar tierra, la carga de un par de mulas, pues tu siervo no ofrecerá ya holocaustos y sacrificios a otros dioses fuera del Señor. (II Reyes 5, 17)

  • Jazael fue a verlo llevando consigo lo mejor de Damasco: una carga de cuarenta camellos. Llegó ante él y dijo: "Tu hijo, Ben Hadad, rey de Siria, me ha enviado a ti para preguntarte si se curará de la enfermedad". (II Reyes 8, 9)

  • y, después de reflexionar, reprendí a los nobles y a los prefectos; les dije: "¡Qué carga imponéis a vuestros hermanos!". Convoqué después contra ellos una gran asamblea, (Nehemías 5, 7)

  • Por eso ordené que, en cuanto la sombra cubriese las puertas de Jerusalén, la víspera del sábado, se cerrasen las puertas, y que no se abrieran hasta después del sábado; y emplacé junto a las puertas algunos de mis hombres para que no entrase carga alguna en día de sábado. (Nehemías 13, 19)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina