Talált 20 Eredmények: Comen

  • Ésta es la razón por la que los israelitas, aún hoy, no comen el nervio ciático, que está en la articulación del muslo, porque el ángel dio un golpe a Jacob en la articulación del muslo, en el nervio ciático. (Génesis 32, 33)

  • En cambio, podrá comerlas el siervo comprado con dinero por el sacerdote, exactamente como el que ha nacido en casa, pues los dos comen su propio alimento. (Levítico 22, 11)

  • Porque toda la familia de mi padre es merecedora de la muerte por parte de mi señor, el rey; y, sin embargo, tú has admitido a tu siervo entre los que comen a tu mesa. ¿Qué derecho puedo tener yo para implorar todavía al rey?". (II Samuel 19, 29)

  • Ahora bien, manda reunir junto a mí en el monte Carmelo a todo Israel y a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal que comen a la mesa de Jezabel". (I Reyes 18, 19)

  • Porque comen el pan del crimen y beben el vino de la violencia. (Proverbios 4, 17)

  • Dichosa tú, tierra, que tienes por rey un hijo de nobles, y cuyos príncipes comen a su tiempo para recobrar fuerzas, y no para beber! (Eclesiastés 10, 17)

  • los que comen mi pan son malas lenguas". ¡Cuántas veces y cuántos se burlarán de él! (Eclesiástico 20, 17)

  • Los que se santifican y purifican para ir a los huertos detrás de alguien que va en medio, que comen carne de cerdo, de reptiles o ratones, perecerán a una con sus obras y sus proyectos, dice el Señor. (Isaías 66, 17)

  • después puedes comparar nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen los manjares del rey y tratar a tus siervos con arreglo a lo que hayas visto". (Daniel 1, 13)

  • Los que duermen sobre lechos de marfil, se recuestan sobre divanes, comen corderos del rebaño y terneros del establo. (Amós 6, 4)

  • Te han echado de tu tierra, se han burlado de ti todos tus aliados, te han engañado tus amigos. Los mismos que comen a tu mesa han tendido lazos a tus pies: "Ha perdido la razón". (Abdías 1, 7)

  • Ella dijo: "Cierto, Señor; pero también los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos". (Mateo 15, 27)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina