Talált 34 Eredmények: Deseos
Considerad lo que esa tristeza querida por Dios ha producido en vosotros: qué solicitud, qué disculpas, qué indignación, qué temor, qué deseos, qué emulación, qué escarmiento. Demostrasteis ser totalmente inocentes en este asunto. (II Corintios 7, 11)
Nosotros también éramos de ésos cuando nos dejábamos llevar de las apetencias carnales, sujetos a los deseos de nuestros instintos y a nuestra imaginación. Éramos, por naturaleza, objeto de la ira divina, igual que los demás. (Efesios 2, 3)
En este sentido pedimos sin cesar por vosotros: que nuestro Dios os haga dignos de vuestra vocación y que con su poder lleve a término todos vuestros buenos deseos y la obra de vuestra fe. (II Tesalonicenses 1, 11)
Descarta, en cambio, a las viudas jóvenes; porque en cuanto los deseos del placer las apartan de Cristo, quieren casarse de nuevo (I Timoteo 5, 11)
Pues los que quieren enriquecerse caen en la tentación y en la trampa de deseos insensatos y funestos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. (I Timoteo 6, 9)
enseñándonos a renunciar a la maldad y a los deseos mundanos y a llevar una vida sobria, justa y religiosa, (Tito 2, 12)
especialmente los que siguen los deseos impuros de la carne y desprecian la autoridad del Señor. Atrevidos y arrogantes, no tienen miedo en blasfemar contra los seres gloriosos, (II Pedro 2, 10)
Con sus discursos pomposos y vacíos despiertan los deseos carnales y el desenfreno de aquellos que apenas habían logrado escapar de los que viven en el error. (II Pedro 2, 18)
El mundo pasa, y con él sus deseos insaciables; pero el que hace la voluntad de Dios vive para siempre. (I Juan 2, 17)
Os decían: En los últimos tiempos habrá impostores que vivirán según sus deseos malvados. (Judas 1, 18)