Talált 589 Eredmények: Egipto

  • los cuales sacaron de Egipto a Urías y lo condujeron al rey Joaquín, quien le mandó matar a espada y arrojar el cadáver a la fosa común. (Jeremías 26, 23)

  • No como la alianza que hice con sus padres cuando los tomé de la mano y los saqué del país de Egipto, alianza que ellos violaron, por lo cual los rechacé -dice el Señor-. (Jeremías 31, 32)

  • Tú realizaste maravillas y prodigios en Egipto y luego en Israel y entre todos los hombres hasta el día de hoy, y te has hecho famoso. (Jeremías 32, 20)

  • Tú sacaste a tu pueblo Israel de Egipto, entre maravillas y prodigios, con la fuerza de tu mano, y desplegando tu poder e infundiendo gran terror. (Jeremías 32, 21)

  • "Esto dice el Señor, Dios de Israel: Yo hice tomar este compromiso a vuestros padres el día en que los saqué de Egipto, de la casa de la esclavitud: (Jeremías 34, 13)

  • Por entonces también salió de Egipto el ejército del Faraón, y, al enterarse de ello los caldeos, que tenían puesto el cerco a Jerusalén, se retiraron de la ciudad. (Jeremías 37, 5)

  • "Esto dice el Señor, Dios de Israel: Así habréis de decir al rey de Judá, que os ha enviado a consultarme: El ejército del Faraón, que venía en vuestra ayuda, se va a volver a su país de Egipto, (Jeremías 37, 7)

  • Partieron e hicieron alto en Quimhán, cerca de Belén, para continuar después el viaje con ánimo de entrar en Egipto (Jeremías 41, 17)

  • si decís: ¡No!, nos iremos a Egipto, donde no veamos más la guerra, ni oigamos el sonido de la trompeta, ni suframos más hambre, allí nos instalaremos, (Jeremías 42, 14)

  • en tal caso, escucha, oh resto de Judá, la palabra del Señor. Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Si os obstináis en querer marchar a Egipto y vais para estableceros allí, (Jeremías 42, 15)

  • la espada que tanto teméis os alcanzará en Egipto, y el hambre que tanto os preocupa os perseguirá en Egipto y allí moriréis. (Jeremías 42, 16)

  • Sí, todos aquellos que se obstinen en marchar a Egipto para vivir allí morirán a espada, de hambre y de peste; ninguno de ellos sobrevivirá, ninguno podrá escapar a la desgracia que yo mandaré sobre ellos. (Jeremías 42, 17)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina