Talált 54 Eredmények: Guibeá

  • Después llegarás a Guibeá de Dios, donde hay una guarnición de filisteos. Al entrar en la ciudad, te encontrarás con un grupo de profetas que bajan del alto, precedidos de arpas, tambores, flautas y cítaras, profetizando. (I Samuel 10, 5)

  • Cuando llegaron a Guibeá se encontraron con un grupo de profetas; el espíritu del Señor se apoderó de Saúl, y profetizó como ellos. (I Samuel 10, 10)

  • También Saúl se fue a su casa, a Guibeá; y con él se fueron los valientes a los que Dios había tocado el corazón. (I Samuel 10, 26)

  • Los mensajeros llegaron a Guibeá de Saúl y expusieron estas cosas al pueblo, y todo el pueblo se puso a gritar y a llorar. (I Samuel 11, 4)

  • Saúl eligió tres mil hombres de Israel; dos mil estaban con él en Micmás y en la montaña de Betel, y mil con Jonatán en Guibeá de Benjamín; a los demás los mandó cada uno a su casa. (I Samuel 13, 2)

  • Jonatán derrotó la guarnición de los filisteos que estaban en Guibeá. Los filisteos, al saberlo, se dijeron: "Los hebreos se han sublevado". Mientras tanto Saúl hizo sonar la trompeta en todo el país, (I Samuel 13, 3)

  • Samuel se levantó y se fue de Guilgal para seguir su camino. El resto del pueblo le siguió al encuentro del enemigo, y llegaron desde Guilgal a Guibeá de Benjamín. Saúl pasó revista al ejército que le seguía; eran como unos seiscientos hombres. (I Samuel 13, 15)

  • Saúl, su hijo Jonatán y el ejército que les seguía se quedaron en Guibeá de Benjamín; los filisteos estaban acampados en Micmás. (I Samuel 13, 16)

  • Saúl estaba sentado en el límite de Guibeá, debajo del granado que hay en Migrón; le acompañaban unos seiscientos hombres. (I Samuel 14, 2)

  • uno al norte, frente a Micmás, y el otro al sur, frente a Guibeá. (I Samuel 14, 5)

  • Los centinelas de Saúl que estaban en Guibeá de Benjamín vieron que el campamento se dispersaba en todas las direcciones. (I Samuel 14, 16)

  • Después Samuel se fue a Ramá, y Saúl a su casa, a Guibeá de Saúl. (I Samuel 15, 34)


“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina