Talált 1871 Eredmények: Hijo de Adán

  • Abrahán respondió: "Dios se proveerá del cordero para el holocausto, hijo mío". Y continuaron juntos el camino. (Génesis 22, 8)

  • Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abrahán levantó un altar; preparó la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar encima de la leña. (Génesis 22, 9)

  • Luego tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo. (Génesis 22, 10)

  • Y el ángel le dijo: "No lleves tu mano sobre el muchacho, ni le hagas mal alguno. Ya veo que temes a Dios, porque no me has negado a tu hijo, tu hijo único". (Génesis 22, 12)

  • Abrahán alzó los ojos y vio a sus espaldas un carnero enredado por los cuernos en un matorral. Tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. (Génesis 22, 13)

  • y le dijo: "Juro por mí mismo, palabra del Señor, que, por haber hecho esto y no haberme negado tu hijo único, (Génesis 22, 16)

  • y les habló de esta manera: "Si estáis de acuerdo en que yo sepulte a mi difunta, escuchadme: interceded por mí ante Efrón, el hijo de Sójar, (Génesis 23, 8)

  • Quiero que me jures por el Señor, Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás para mi hijo una mujer de entre las hijas de los cananeos entre las cuales habito, (Génesis 24, 3)

  • sino que irás a mi tierra, adonde están los míos, a tomar una mujer para mi hijo Isaac". (Génesis 24, 4)

  • El criado le respondió: "Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿he de llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?". (Génesis 24, 5)

  • Abrahán respondió: "Guárdate de llevar a mi hijo allá. (Génesis 24, 6)

  • El Señor, Dios del cielo y de la tierra, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mi familia, que me habló y me juró diciéndome: Yo daré esta tierra a tu descendencia, él enviará su ángel delante de ti, para que tomes de allí mujer para mi hijo. (Génesis 24, 7)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina