Talált 188 Eredmények: Judas Macabeo

  • "Los habitantes de Jerusalén y de Judea y el consejo de los ancianos y Judas, a Aristóbulo, maestro del rey Tolomeo, del linaje de los sacerdotes ungidos, y a los judíos de Egipto, salud y prosperidad. (II Macabeos 1, 10)

  • Del mismo modo Judas reunió todos los escritos dispersos por las guerras, y todos están en nuestro poder. (II Macabeos 2, 14)

  • La historia de Judas Macabeo y de sus hermanos, la purificación del templo glorioso y la dedicación del altar, (II Macabeos 2, 19)

  • Pero Judas Macabeo, con otros nueve, se retiró al desierto. Allí compartió la vida de las fieras con los que estaban con él, alimentándose de hierbas para no mancharse con la contaminación general. (II Macabeos 5, 27)

  • Entretanto, Judas Macabeo y sus compañeros entraban a ocultas en los poblados, llamaban a sus parientes y reunían a los que habían permanecido fieles al judaísmo; juntaron hasta seis mil hombres. (II Macabeos 8, 1)

  • El Macabeo reunió sus tropas, se puso al frente de ellas y pronto se hizo invencible frente a los gentiles, pues el Señor había cambiado su ira en misericordia. (II Macabeos 8, 5)

  • Filipo, al ver los éxitos crecientes de Judas y sus victorias cada vez mayores y más frecuentes, escribió a Tolomeo, general de Celesiria y Fenicia, para que viniera a poner a salvo los intereses del rey. (II Macabeos 8, 8)

  • Judas se enteró de la marcha de Nicanor y comunicó a los suyos la venida de aquel ejército. (II Macabeos 8, 12)

  • El Macabeo reunió sus tropas, unos seis mil hombres, y los exhortó a que no tuvieran miedo a los enemigos y que no les asustara la muchedumbre de gentiles que, contra toda justicia, venía contra ellos, (II Macabeos 8, 16)

  • Con la ayuda de Dios, el Macabeo y los suyos se apoderaron del templo y de la ciudad. (II Macabeos 10, 1)

  • Pero los soldados del Macabeo, después de hacer súplicas y pedir al Señor que viniera a luchar a su lado, atacaron las fortalezas de los idumeos. (II Macabeos 10, 16)

  • El Macabeo, dejando a Simón, José, Zaqueo y a los que con ellos estaban con fuerzas suficientes para mantener el asedio, se marchó a donde más urgía su presencia. (II Macabeos 10, 19)


“Faltar com a caridade¨¦ como ferir a pupila dos olhos de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina