Talált 509 Eredmények: Libro de Reyes

  • El resto de la historia de Nadab y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (I Reyes 15, 31)

  • El resto de la historia de Basá, sus proezas y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (I Reyes 16, 5)

  • El resto de las historias de Elá y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (I Reyes 16, 14)

  • El resto de la historia de Zimrí y la conjuración que tramó está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (I Reyes 16, 20)

  • El resto de la historia de Omrí, sus proezas y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (I Reyes 16, 27)

  • Hizo también una estela; y de este modo Ajab siguió irritando al Señor, Dios de Israel, más que todos los reyes de Israel que le habían precedido. (I Reyes 16, 33)

  • Ben Hadad, rey de Siria, reunió todo su ejército y, acompañado de treinta y dos reyes con carros y caballos, fue a sitiar Samaría y la atacó. (I Reyes 20, 1)

  • Cuando Ben Hadad se enteró de esta respuesta, estaba con los reyes, bebiendo en las tiendas, y mandó a sus súbditos: "¡A formar!". Y formaron contra la ciudad. (I Reyes 20, 12)

  • Al mediodía se hizo una salida, mientras que Ben Hadad estaba en sus tiendas bebiendo y borracho, con los treinta y dos reyes que le ayudaban. (I Reyes 20, 16)

  • Haz esto: quita a cada uno de los reyes de su puesto y pon en su lugar prefectos. (I Reyes 20, 24)

  • Sus súbditos le dijeron: "Mira, hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes clementes; deja que nos pongamos sayales en los lomos y sogas al cuello y salgamos ante el rey de Israel. ¡Quién sabe si nos perdonará la vida!". (I Reyes 20, 31)

  • El resto de la historia de Ajab, todo cuanto hizo, la casa de marfil que edificó y las ciudades que construyó, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (I Reyes 22, 39)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina