Talált 28 Eredmények: Lisias

  • Todos tuvieron que huir, pero desarmados y heridos. Hasta el mismo Lisias hubo de ponerse a salvo con una fuga vergonzosa. (II Macabeos 11, 12)

  • Lisias, que era hombre cuerdo, meditando su derrota y viendo que los hebreos eran invencibles, ya que tenían por aliado al mismo Dios omnipotente, (II Macabeos 11, 13)

  • El Macabeo accedió, mirando por el bien común, a las ofertas de Lisias. Y, en efecto, el rey concedió todo lo que el Macabeo exigió a Lisias por escrito. (II Macabeos 11, 15)

  • La carta de Lisias decía así: "Lisias al pueblo de los judíos, salud. (II Macabeos 11, 16)

  • La carta de Antíoco decía así: "El rey Antíoco, a su hermano Lisias, salud. (II Macabeos 11, 22)

  • Todo lo que Lisias, pariente del rey, os ha otorgado, también nos parece bien a nosotros. (II Macabeos 11, 35)

  • Referente a lo que Lisias creyó conveniente informar y consultar con el rey, estudiad diligentemente el asunto y enviadnos enseguida a alguien, a fin de que nosotros podamos exponer al rey todo de un modo conveniente para vosotros, pues ahora nos dirigimos a Antioquía. (II Macabeos 11, 36)

  • Una vez hechos estos tratados, Lisias volvió a la corte del rey, y los judíos comenzaron a entregarse a las labores del campo. (II Macabeos 12, 1)

  • Después se dirigió a Efrón, ciudad fuerte donde vivía Lisias y una población cosmopolita. Jóvenes robustos, alineados sobre los muros, se defendían con valor y brío, abundantemente provistos de proyectiles y de máquinas. (II Macabeos 12, 27)

  • y que con él venía Lisias, tutor y regente. Cada uno de ellos mandaba un ejército griego de ciento diez mil soldados de infantería, cinco mil trescientos de caballería, veintidós elefantes y unos trescientos carros de guerra armados con hoces. (II Macabeos 13, 2)

  • Pero el Rey de reyes despertó la ira de Antíoco contra este malvado cuando Lisias hizo ver al rey que Menelao era la causa de todos los males. Entonces el rey ordenó que lo llevaran a Berea y lo mataran según la costumbre de aquel lugar. (II Macabeos 13, 4)

  • Lisias subió a la tribuna para defender su causa. Los persuadió, los tranquilizó, los dejó bien dispuestos y partió para Antioquía. Éstos fueron los sucesos acaecidos en la retirada del rey. (II Macabeos 13, 26)


“Nas tentações, combata com coragem! Nas quedas, humilhe-se mas não desanime!” São Padre Pio de Pietrelcina