Talált 24 Eredmények: Llegada

  • Luego partieron los quehatitas, que llevaban los objetos sagrados. (Antes de su llegada debía estar levantada la tienda). (Números 10, 21)

  • El rey de Arad, un cananeo que habitaba el Negueb, en la tierra de Canaán, tuvo conocimiento de la llegada de los israelitas. (Números 33, 40)

  • Partieron juntas y llegaron a Belén. A su llegada se impresionó toda la ciudad. Las mujeres comentaban: "¿Pero es ésta Noemí? (Rut 1, 19)

  • Desde allí fueron a Nayot de Ramá. Pero el espíritu del Señor se apoderó también de él y fue profetizando hasta su llegada a Nayot de Ramá. (I Samuel 19, 23)

  • Dios tenía prevista esta visita a Jorán para ruina de Ocozías; pues, a su llegada, salió con Jorán al encuentro de Jehú, hijo de Nimsí, a quien el Señor había ungido para exterminar a la casa de Ajab. (II Crónicas 22, 7)

  • El mes segundo del año segundo de su llegada al templo de Dios en Jerusalén, Zorobabel, hijo de Sealtiel; Josué, hijo de Yosadac, con el resto de sus hermanos, sacerdotes y levitas, y todos los que habían vuelto del destierro a Jerusalén, pusieron manos a la obra y encargaron a los levitas de veinte años para arriba la dirección de los trabajos del templo del Señor. (Esdras 3, 8)

  • La noticia se propagó de tienda en tienda; de todo el campamento acudían y la rodeaban, mientras ella, fuera de la tienda de Holofernes, esperaba el anuncio de su llegada. (Judit 10, 18)

  • Anunciaron la llegada, y se dirigió a la entrada de su tienda, precedido de lámparas de plata. (Judit 10, 22)

  • Llegada la hora de morir, dijo a sus hijos: "Ahora es el reinado de la soberbia y del ultraje, el tiempo del desorden y de la ira rabiosa. (I Macabeos 2, 49)

  • Los mercaderes del país, al conocer su llegada, se presentaron en el campamento con mucha plata, oro y criados para comprar como esclavos a los israelitas. Se le unieron también fuertes contingentes de Idumea y del territorio de los filisteos. (I Macabeos 3, 41)

  • Simón, hermano de Judas, atacaba a Nicanor; pero sus tropas dudaron un momento, estupefactas por la repentina llegada de enemigos. (II Macabeos 14, 17)

  • Abajo el abismo se revuelve contra ti, presintiendo tu llegada; por ti despierta a las sombras, a todos los potentados de la tierra; hace levantarse de sus tronos a todos los reyes de los pueblos. (Isaías 14, 9)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina