Talált 301 Eredmények: Luz

  • ¡Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito! (Jeremías 20, 14)

  • Y te arrojaré a ti y a tu madre, que te dio a luz, a otra tierra donde no habéis nacido, pero donde moriréis. (Jeremías 22, 26)

  • Haré desaparecer de entre ellos los gritos de alegría y algazara, el canto del esposo y de la esposa, el ruido del molino y la luz de la lámpara. (Jeremías 25, 10)

  • Preguntad y mirad: ¿puede dar a luz un varón? ¿Por qué, si no, veo a todo hombre con las manos en las caderas como mujer en parto? ¿Por qué todos los rostros descompuestos, lívidos? (Jeremías 30, 6)

  • Vuestra madre está llena de vergüenza, confundida la que os dio a luz. Vedla, la última de las naciones, desierto, aridez, estepa. (Jeremías 50, 12)

  • Él me ha llevado, me ha hecho caminar en tinieblas, sin luz. (Lamentaciones 3, 2)

  • otros más jóvenes han visto la luz y han vivido en la tierra; pero el camino de la ciencia no lo han conocido, (Baruc 3, 20)

  • el que envía la luz y ella va, la llama y temblorosa le obedece. (Baruc 3, 33)

  • Vuélvete, Jacob, y abrázala, camina al resplandor de su luz. (Baruc 4, 2)

  • Porque Dios guiará a Israel con alegría, a la luz de su gloria, escoltándolo con su misericordia y su justicia. (Baruc 5, 9)

  • Las ofrendas que les hacen, los sacerdotes las venden para su provecho, otra parte la ponen en conserva sus mujeres, sin repartir nada al pobre y al enfermo. Y las mujeres que acaban de dar a luz y las que están en estado de menstruación tocan esas ofrendas. (Baruc 6, 27)

  • Sus nombres eran: Oholá, la mayor, y Oholibá, su hermana. Fueron mías, y dieron a luz hijos e hijas. Sus nombres correspondían: Oholá a Samaría, Oholibá a Jerusalén. (Ezequiel 23, 4)


“Reflita no que escreve, pois o Senhor vai lhe pedir contas disso.” São Padre Pio de Pietrelcina