Talált 182 Eredmények: Muerto

  • Pero él repuso: "Mi hijo no bajará con vosotros; su hermano ha muerto y ha quedado sólo él; si le sucede alguna desgracia en el viaje que vais a emprender, del dolor haríais bajar mis canas a la tumba". (Génesis 42, 38)

  • Nosotros respondimos a mi señor: tenemos un padre ya anciano y un hermano que le nació en su vejez; un hermano suyo ha muerto, por lo que le quedó él solo de aquella mujer, y su padre le quiere mucho. (Génesis 44, 20)

  • Hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Fares y Zéraj; pero Er y Onán habían muerto en la tierra de Canaán. (Génesis 46, 12)

  • Al ver los hermanos de José que su padre había muerto, se decían: "A lo mejor ahora José nos aborrece y se cobra todo el mal que le hicimos". (Génesis 50, 15)

  • El Señor había dicho a Moisés en Madián: "Anda, vuelve a Egipto, porque han muerto todos los que querían matarte". (Exodo 4, 19)

  • El Faraón mandó a ver, y del ganado de los israelitas no había muerto ni uno solo. Pero el corazón del Faraón siguió endurecido y no dejó salir al pueblo. (Exodo 9, 7)

  • El Faraón se levantó de noche, él, todos sus servidores y todos los egipcios, y hubo llanto general en Egipto, porque no había casa donde no hubiera un muerto. (Exodo 12, 30)

  • diciendo: "¡Ojalá hubiéramos muerto por mano del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos! Vosotros, en cambio, nos habéis traído a este desierto para hacer morir de hambre a toda esta muchedumbre". (Exodo 16, 3)

  • el dueño de la cisterna reparará los daños, pagará en dinero al dueño del buey o del asno, y el animal muerto será suyo. (Exodo 21, 34)

  • Si el buey de uno acornea al buey de otro y éste muere, venderán el buey vivo, partiéndose el importe, y se repartirán igualmente el buey muerto. (Exodo 21, 35)

  • Pero si era notorio que ya el buey solía acornear, restituirá buey por buey y el buey muerto será suyo. (Exodo 21, 36)

  • Las grasas de un animal muerto o destrozado podréis emplearlas para cualquier uso, pero nunca comerlas. (Levítico 7, 24)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina