Talált 66 Eredmények: Quedé

  • Lo que quede a uno y otro lado de la zona sagrada y de la posesión de la ciudad pertenecerá al príncipe; su porción se extenderá así a lo largo de los doce kilómetros y medio de la zona sagrada al este, hasta la frontera oriental, y al oeste a lo largo de los doce kilómetros y medio, hasta la frontera occidental; esto para el príncipe, en correspondencia con las demás porciones. Así en el medio estará la zona sagrada y el santuario del templo, (Ezequiel 48, 21)

  • Yo, Daniel, quedé profundamente turbado y las visiones que contemplé me dejaron asustado. (Daniel 7, 15)

  • Aquí termina la relación. Yo, Daniel, quedé turbado por estos pensamientos y se me demudó el color del rostro. Pero lo guardé todo en mi corazón. (Daniel 7, 28)

  • Gabriel se llegó donde yo estaba. Cuando se acercó, quedé espantado y caí de bruces. Él me dijo: Hijo de hombre, entiende que la visión se refiere al tiempo del fin. (Daniel 8, 17)

  • Al hablarme quedé sin sentido con el rostro en tierra, pero él me tocó y me hizo incorporarme. (Daniel 8, 18)

  • Quedé así yo solo contemplando esta imponente visión; me sentí sin fuerzas, pálido el rostro casi hasta desvanecerme, porque las fuerzas me abandonaban. (Daniel 10, 8)

  • ¡Ay del pastor infiel que abandona las ovejas! ¡Que la espada venga sobre su brazo y sobre su ojo derecho! ¡Que su brazo se seque y que su ojo derecho quede completamente ciego! (Zacarías 11, 17)

  • para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará". (Mateo 6, 4)

  • Yo he venido como luz al mundo, para que todo el que crea en mí no quede en tinieblas. (Juan 12, 46)

  • Jesús le dijo: "Si yo quiero que éste se quede hasta que yo venga, a ti ¿qué? Tú sígueme". (Juan 21, 22)

  • Y entre los hermanos se corrió la voz de que aquel discípulo no moriría. Y no le dijo que no moriría, sino: "Si quiero que él quede hasta que yo venga, a ti ¿qué?". (Juan 21, 23)

  • y yo quedé muerto. Así resultó que el mandamiento, que debía darme la vida, me trajo la muerte. (Romanos 7, 10)


“Amemos ao próximo. Custa tão pouco querer bem ao outro.” São Padre Pio de Pietrelcina