Talált 29 Eredmények: Rebelión de Seba

  • Hijos de Etiopía: Sebá, Javilá, Sabtá, Ramá y Sabtecá. Hijos de Ramá: Sebá y Dedán. (Génesis 10, 7)

  • Ebal, Abimael, Sebá, (Génesis 10, 28)

  • Yocsán engendró a Sebá y Dedán. Los hijos de Dedán fueron los asuritas, los letusitas y los leumitas. (Génesis 25, 3)

  • y él llamó a aquel pozo Seba. Por esto la ciudad lleva hoy el nombre de Berseba. (Génesis 26, 33)

  • El profeta y el soñador deberán morir, pues han predicado la rebelión contra el Señor, vuestro Dios, que os sacó de Egipto y os libertó de la casa de la esclavitud, queriendo apartaros del camino por donde el Señor, tu Dios, os ha mandado ir. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti. (Deuteronomio 13, 6)

  • Si un testigo falso se levanta contra un hombre para acusarle de rebelión, (Deuteronomio 19, 16)

  • "El Señor, Dios de los dioses, él lo sabe, y que lo sepa Israel: si ha sido por rebelión o por infidelidad al Señor, que no nos salve hoy; (Josué 22, 22)

  • Se encontraba allí un hombre perverso, llamado Sebá, hijo de Bicrí, un benjaminita, que tocó la trompeta y dijo: "Nosotros no tenemos parte con David, nosotros no tenemos herencia con el hijo de Jesé. ¡Cada uno a sus tiendas, Israel!". (II Samuel 20, 1)

  • Entonces David dijo a Abisay: "Ahora Sebá, hijo de Bicrí, nos hará más daño que Absalón. Toma contigo a los servidores de tu señor y persíguelo, para que no alcance las ciudades fuertes y se nos escape". (II Samuel 20, 6)

  • Con Abisay salieron a campaña Joab, los quereteos, los peleteos y todos los valientes; salieron de Jerusalén para perseguir a Sebá, hijo de Bicrí. (II Samuel 20, 7)

  • Amasá no se fijó en la espada que Joab tenía en la mano, y éste se la clavó en el vientre, esparció sus entrañas en la tierra y, sin repetirle el golpe, murió. Entonces Joab y su hermano Abisay salieron en persecución de Sebá, hijo de Bicrí. (II Samuel 20, 10)

  • Una vez apartado del camino, todos siguieron a Joab en persecución de Sebá, hijo de Bicrí. (II Samuel 20, 13)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina