Talált 811 Eredmények: Reparación del Templo
Jesús dijo a aquel tropel de gente: "¡Habéis venido a prenderme como a un ladrón, con espadas y palos! Todos los días enseñaba sentado en el templo y no me prendisteis. (Mateo 26, 55)
Al fin llegaron dos que dijeron: "Éste dijo: Puedo derribar el templo de Dios y en tres días reedificarlo". (Mateo 26, 61)
Tiró en el templo las monedas, fue y se ahorcó. (Mateo 27, 5)
Los sumos sacerdotes recogieron las monedas de plata y dijeron: "No es lícito echarlas en el tesoro del templo, porque son precio de sangre". (Mateo 27, 6)
y diciendo: "¡Tú que destruías el templo y lo reedificabas en tres días, sálvate a ti mismo si eres hijo de Dios, y baja de la cruz!". (Mateo 27, 40)
Entonces el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló y las piedras se resquebrajaron; (Mateo 27, 51)
Vosotros, en cambio, decís: Al que diga a su padre o a su madre: Lo que tenía para ayudarte lo he ofrecido al templo, (Marcos 7, 11)
Y entró en Jerusalén en el templo y, después de haberlo visto todo, ya tarde, salió con los doce para Betania. (Marcos 11, 11)
Llegaron a Jerusalén y, entrando en el templo, echó a los que estaban allí vendiendo y comprando; volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los vendedores de palomas, (Marcos 11, 15)
y no permitía que transportaran objetos por el templo. (Marcos 11, 16)
Llegaron de nuevo a Jerusalén y, cuando andaba Jesús por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos del pueblo (Marcos 11, 27)
Jesús, enseñando en el templo, preguntó: "¿Cómo pueden decir los maestros de la ley que el mesías es hijo de David? (Marcos 12, 35)