Talált 502 Eredmények: batalla por el poder
Ellos tienen poder para cerrar el cielo con el fin de que no llueva durante los días de su predicación; tienen asimismo poder sobre las aguas para cambiarlas en sangre, y poder para herir a la tierra con toda clase de plagas todas las veces que quieran. (Apocalipsis 11, 6)
diciendo: Te damos gracias, Señor, Dios todopoderoso, el que es, el que era, porque has tomado posesión de tu gran poder y has entrado en tu reino. (Apocalipsis 11, 17)
Entonces hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón. El dragón y sus ángeles combatieron, (Apocalipsis 12, 7)
Oí una voz potente en el cielo, que decía: Ahora ha llegado la victoria, el poder, el reino de nuestro Dios y la soberanía de su mesías, porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche les acusaba ante nuestro Dios. (Apocalipsis 12, 10)
La bestia que vi era semejante a una pantera; sus pies eran como los de un oso, y su boca como la de un león. El dragón le dio su poder y su trono con un gran imperio. (Apocalipsis 13, 2)
Adoraron al dragón, porque había dado su poder a la bestia, y adoraron a la bestia diciendo: "¿Quién es semejante a la bestia y quién podrá luchar contra ella?". (Apocalipsis 13, 4)
Le dieron una boca que profería palabras arrogantes y blasfemias, y poder para hacerlo durante cuarenta y dos meses. (Apocalipsis 13, 5)
Y le permitieron hacer la guerra a los santos y vencerlos; le dieron poder sobre toda raza, pueblo, lengua y nación. (Apocalipsis 13, 7)
Ella ejerce todo el poder de la primera bestia en su presencia y hace que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia, cuya llaga mortal había sido curada. (Apocalipsis 13, 12)
Le dieron el poder de dar vida a la estatua de la bestia hasta el punto de hacerla hablar y que hiciera matar a todos los que no la adorasen. (Apocalipsis 13, 15)
Salió todavía del altar otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, y gritó con voz potente al que tenía la hoz afilada: "Echa tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, pues la uva está madura". (Apocalipsis 14, 18)
El templo se llenó del humo que salía de la gloria de Dios y de su poder. Nadie podía entrar en el templo hasta la consumación de las siete plagas de los siete ángeles. (Apocalipsis 15, 8)