Talált 538 Eredmények: camino abierto

  • Pasaron de largo y continuaron su camino. Llegaron a Guibeá de Benjamín a la puesta del sol, (Jueces 19, 14)

  • Su marido se levantó, abrió la puerta de la casa para salir y continuar su camino, cuando vio a su concubina caída a la entrada de la casa con las manos en el umbral. (Jueces 19, 27)

  • Él le dijo: "Levántate y vámonos". Ella no respondió. Entonces la cargó sobre su asno y se puso en camino para ir a su casa. (Jueces 19, 28)

  • huyeron por el camino del desierto, pero los que venían de la ciudad los alcanzaron y los mataron; (Jueces 20, 42)

  • El pueblo se compadeció de Benjamín, porque el Señor había abierto una brecha en las tribus de Israel. (Jueces 21, 15)

  • Después dijeron: "Está cerca la fiesta del Señor que se celebra todos los años en Silo, ciudad situada al norte de Betel, al oriente del camino que sube de Betel a Siquén y al sur de Leboná". (Jueces 21, 19)

  • Salió con sus dos nueras del lugar de su emigración y, de camino hacia la tierra de Judá, (Rut 1, 7)

  • Fijaos bien: si va por el camino de su territorio hasta Bet Semes, es él quien nos ha hecho tanto mal; si no, sabremos que no ha sido su mano la que nos ha castigado, y que esto ha ocurrido por casualidad". (I Samuel 6, 9)

  • Las vacas se fueron por el camino de Bet Semes y continuaron por él mugiendo, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. Los jefes filisteos las siguieron hasta el territorio de Bet Semes. (I Samuel 6, 12)

  • Pero éste le respondió: "Mira, aquí, en esta ciudad, hay un hombre de Dios; es un hombre muy famoso; todo lo que él dice se realiza siempre. Vamos allá. Tal vez él nos indique el camino que debemos seguir". (I Samuel 9, 6)

  • El mozo dijo a Saúl: "Mira, he encontrado en mi bolso una pequeña moneda de plata; se la daré al hombre de Dios para que nos indique el camino que debemos seguir". (I Samuel 9, 8)

  • Al despuntar el alba, Samuel llamó a Saúl y le dijo: "Levántate y sigue tu camino". Saúl se levantó y salieron los dos fuera. (I Samuel 9, 26)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina