Talált 243 Eredmények: cinturón de la verdad

  • Gedeón dijo a Dios: "Si de verdad quieres salvar a Israel por mi mano, como has dicho, (Jueces 6, 36)

  • La zarza espinosa les respondió: Si de verdad queréis ungirme por vuestro rey, venid y refugiaos a mi sombra; y si no, saldrá fuego de la zarza y devorará a los cedros del Líbano. (Jueces 9, 15)

  • le dijo la verdad: "No me he cortado nunca el cabello, porque estoy consagrado a Dios desde el vientre de mi madre. Si me lo cortasen, perdería toda mi fuerza y sería como otro hombre cualquiera". (Jueces 16, 17)

  • Dalila comprendió entonces que le había dicho la verdad. Y mandó llamar a los jefes de los filisteos, diciendo: "Subid, porque esta vez me ha dicho la verdad". Y los jefes de los filisteos fueron con el dinero en la mano. (Jueces 16, 18)

  • Samuel les dijo: "No tengáis miedo; es verdad que habéis cometido esa gran maldad; pero ahora no os apartéis del Señor y servidle con todo vuestro corazón. (I Samuel 12, 20)

  • Se quitó el manto que vestía y se lo dio a David, y su propia armadura, así como su espada, su arco y su cinturón. (I Samuel 18, 4)

  • Sí, Señor, tú eres Dios, tus palabras son verdad, y has hecho a tu siervo esta gran promesa. (II Samuel 7, 28)

  • Joab le contestó: "Si lo has visto, ¿por qué no lo has matado y tirado al suelo? Yo te hubiera dado diez monedas de plata y un cinturón". (II Samuel 18, 11)

  • Ya sabes lo que me ha hecho Joab, hijo de Sarvia; lo que hizo a los dos jefes de los ejércitos de Israel, Abner, hijo de Ner, y Amasá, hijo de Yéter, que los asesinó, vengando en plena paz la sangre derramada en tiempo de guerra y salpicando de sangre inocente el cinturón que ciño y el calzado que llevo. (I Reyes 2, 5)

  • La otra mujer replicó: "No es verdad, pues mi hijo es el vivo y el tuyo es el muerto". La primera decía: "No, tu hijo es el muerto, y mi hijo el vivo". De esta suerte disputaban delante del rey. (I Reyes 3, 22)

  • y dijo al rey: "Realmente es verdad todo lo que yo había oído en mi tierra de tus obras y de tu sabiduría. (I Reyes 10, 6)

  • La mujer dijo a Elías: "Ahora sí reconozco que eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad". (I Reyes 17, 24)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina