Talált 3022 Eredmények: construir casa sobre arena

  • Si alguno os visita y no lleva esta doctrina, no lo recibáis en casa y no le saludéis, (II Juan 1, 10)

  • Miradlo, viene entre nubes; lo verán todos, aun los que lo traspasaron, y se lamentarán sobre él todas las naciones de la tierra. Sí. Amén. (Apocalipsis 1, 7)

  • Al vencedor, al que permanezca fiel a mi servicio hasta el fin, le daré poder sobre las naciones, (Apocalipsis 2, 26)

  • Acuérdate de cómo recibiste y oíste la palabra; guárdala y arrepiéntete. Porque, si no despiertas, caeré sobre ti como un ladrón, sin que sepas a qué hora te voy a sorprender. (Apocalipsis 3, 3)

  • Porque has guardado mi consigna de perseverancia, yo te guardaré en la hora de la prueba que va a sobrevenir sobre todo el mundo para probar a los habitantes de la tierra. (Apocalipsis 3, 10)

  • Al vencedor le haré columna del templo de mi Dios, y no saldrá más; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios -la nueva Jerusalén, que baja del cielo de junto a mi Dios- y mi nombre nuevo. (Apocalipsis 3, 12)

  • Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa, cenaré con él y él conmigo. (Apocalipsis 3, 20)

  • Alrededor del trono había veinticuatro tronos, sobre los que estaban sentados veinticuatro ancianos, vestidos de blanco y con coronas de oro en la cabeza. (Apocalipsis 4, 4)

  • De ellos has hecho para nuestro Dios un reino de sacerdotes, que reinarán sobre la tierra. (Apocalipsis 5, 10)

  • Y apareció un caballo pajizo, cuyo jinete se llamaba muerte (el abismo le acompañaba). Le fue dado poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con la espada, con el hambre, con la peste y con las fieras de la tierra. (Apocalipsis 6, 8)

  • y las estrellas del cielo se cayeron sobre la tierra, como una higuera deja caer sus higos verdes sacudida por un viento fuerte; (Apocalipsis 6, 13)

  • Y decían a las montañas y a las rocas: Caed sobre nosotros y ocultadnos lejos de la cara del que está sentado en el trono y de la ira del cordero; (Apocalipsis 6, 16)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina