Talált 58 Eredmények: deseo
él, que no nació ni de sangre ni de carne, ni por deseo de hombre sino de Dios. (Juan 1, 13)
A todos los que estáis en Roma, predilectos de Dios, llamados y consagrados, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. (Romanos 1, 7)
De aquí mi deseo de evangelizaros también a vosotros, los que estáis en Roma. (Romanos 1, 15)
Porque el deseo de la carne es la muerte, pero el pensamiento del espíritu es la vida y la paz. (Romanos 8, 6)
Por lo cual el deseo de la carne es enemigo de Dios, porque no se somete a la ley de Dios, ni puede en realidad someterse. (Romanos 8, 7)
Hermanos, el buen deseo de mi corazón y la súplica que dirijo a Dios es que consigan su salvación. (Romanos 10, 1)
os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. (I Corintios 1, 3)
os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. (II Corintios 1, 2)
Y no sólo con su llegada, sino con el ánimo que vosotros le habíais infundido; me habló de vuestro deseo de verme, de vuestras lágrimas, de vuestro interés por mí; así que me alegré mucho. (II Corintios 7, 7)
Os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. (Efesios 1, 2)
Me siento apremiado por ambas partes: por una, deseo la muerte para estar con Cristo, lo que es mejor para mí; (Filipenses 1, 23)
por otra, deseo continuar viviendo, lo que juzgo más necesario para vosotros. (Filipenses 1, 24)