Talált 385 Eredmények: desierto del Sinaí

  • Todo lo que pise la planta de vuestros pies será vuestro, y vuestras fronteras se extenderán desde el desierto al Líbano, desde el río Éufrates al mar Mediterráneo. (Deuteronomio 11, 24)

  • Durante cuarenta años os he hecho caminar por el desierto, sin que se os hayan gastado los vestidos y el calzado. (Deuteronomio 29, 4)

  • Encontró a su pueblo en el desierto, en la soledad rugiente de la desolación. Lo abrazó y se cuidó de él; lo guardó como la niña de sus ojos. (Deuteronomio 32, 10)

  • Por haberme sido infiel en medio de los israelitas en las aguas de Meribá, en Cades, en el desierto de Sin; por no haber reconocido mi santidad en medio de los israelitas, (Deuteronomio 32, 51)

  • Dijo: "El Señor vino del Sinaí, salió para ellos de Seír, resplandeció desde la montaña de Farán, salió para ellos de los campos de Cades, rayos de luz salían de su diestra. (Deuteronomio 33, 2)

  • Vuestro territorio abarcará desde el desierto y el Líbano hasta el gran río, el Éufrates, y, por el oeste, hasta el mar Mediterráneo. (Josué 1, 4)

  • La razón por la cual Josué hizo esta circuncisión es ésta: toda la población masculina que salió de Egipto en edad de llevar las armas había muerto en el desierto durante el camino después de la salida de Egipto. (Josué 5, 4)

  • Los que salieron de Egipto estaban circuncidados, pero los que nacieron en el desierto durante el camino, después de la salida de Egipto, no lo estaban; (Josué 5, 5)

  • como los israelitas anduvieron por el desierto cuarenta años, ya habían muerto los que salieron de Egipto en edad militar. Porque no obedecieron al Señor, el Señor les había jurado que no les dejaría ver la tierra que él había prometido a sus padres, tierra que mana leche y miel. (Josué 5, 6)

  • Josué y todo Israel se fingieron vencidos por ellos y se dieron a la fuga por el camino del desierto. (Josué 8, 15)

  • Cuando las gentes de Ay volvieron la vista atrás, vieron una humareda que subía de la ciudad hasta el cielo. Ya no pudieron ponerse a salvo por ningún lado, porque los israelitas que huían hacia el desierto se volvieron contra ellos. (Josué 8, 20)

  • en la montaña, en la Sefela, en la Arabá, en sus vertientes, en el desierto y en el Negueb, donde vivían los hititas, los amorreos, los cananeos, los fereceos, los heveos y los jebuseos. (Josué 12, 8)


“Deus ama quem segue o caminho da virtude.” São Padre Pio de Pietrelcina