Talált 385 Eredmények: desierto del Sinaí

  • Partieron de Obot y acamparon en Iyyé Haabarín, en el desierto al este de Moab. (Números 21, 11)

  • de allí fueron al otro lado del Arnón... Este río salía, en el desierto, de los confines de los amorreos, y servía de frontera entre Moab y los amorreos. (Números 21, 13)

  • de Bamot al valle que se abre en la meseta de Moab hacia la cima del Pisga, que confina con el desierto y lo domina. (Números 21, 20)

  • Pero no dejó a Israel cruzar su territorio. Reunió a todo su pueblo, salió al encuentro de Israel en el desierto, alcanzándolo en Yahás, donde le dio batalla. (Números 21, 23)

  • Balac llevó a Balaán a la cima del Fegor, que mira al desierto. (Números 23, 28)

  • Balaán vio que el Señor se complacía en bendecir a Israel, y no fue ya como las otras veces en busca de presagios, sino que se volvió de cara al desierto. (Números 24, 1)

  • Ninguno de éstos era el censo que hicieron Moisés y Aarón en el desierto del Sinaí, (Números 26, 64)

  • pues el Señor había dicho: "Éstos morirán en el desierto y no quedará ninguno, excepto Caleb, hijo de Jefoné, y Josué, hijo de Nun". (Números 26, 65)

  • dijeron: "Nuestro padre murió en el desierto, pero no era del partido que se formó contra el Señor, de la facción de Coré. Murió por su propio pecado y sin dejar hijos varones. (Números 27, 3)

  • pues fuisteis rebeldes en el desierto de Sin, cuando la comunidad se querelló conmigo, cuando yo os mandé manifestar ante ella mi santidad mediante las aguas". (Éstas son las aguas de Meribá, de Cades, en el desierto de Sin). (Números 27, 14)

  • Es el holocausto perpetuo que se ofrecía ya en el monte Sinaí, ofrenda quemada de olor agradable en honor del Señor. (Números 28, 6)

  • El Señor montó en cólera contra los israelitas y los hizo vagar durante cuarenta años por el desierto, hasta que desapareció enteramente aquella generación que había contrariado al Señor. (Números 32, 13)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina