Talált 23 Eredmények: dondequiera

  • Cuando Dios me hizo salir lejos de la casa de mi padre, yo le dije a ella: Tienes que hacerme este favor: dondequiera que vayamos, di que yo soy tu hermano". (Génesis 20, 13)

  • Yo estoy contigo. Te guardaré dondequiera que vayas y te volveré a esta tierra, porque no te abandonaré hasta que no haya cumplido lo que te he prometido". (Génesis 28, 15)

  • Ésta será ley perpetua para todas vuestras generaciones dondequiera que habitéis: nunca comeréis ni las grasas ni la sangre". (Levítico 3, 17)

  • Dondequiera que habitéis, no comeréis sangre alguna, ni de ave ni de bestia. (Levítico 7, 26)

  • Durante seis días trabajaréis, pero el séptimo es sábado, día de descanso absoluto y de asamblea santa; no haréis en él trabajo alguno. Dondequiera que viváis, es día de descanso dedicado al Señor". (Levítico 23, 3)

  • No comeréis pan, espigas tostadas o granos triturados hasta ese día, en que presentéis la ofrenda a vuestro Dios. Es ley perpetua para vuestras generaciones dondequiera que viváis". (Levítico 23, 14)

  • Aquel mismo día celebraréis asamblea santa y no haréis trabajo alguno. Es ley perpetua para vuestras generaciones dondequiera que viváis. (Levítico 23, 21)

  • No haréis trabajo alguno. Es ley perpetua para vuestras generaciones dondequiera que viváis. (Levítico 23, 31)

  • Estas disposiciones serán norma de justicia para vosotros y para vuestros descendientes, dondequiera que viváis. (Números 35, 29)

  • Yo te lo mando. Sé fuerte y ten ánimo. No temas ni te asustes, porque el Señor, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas". (Josué 1, 9)

  • David puso guarniciones en Siria de Damasco, y los sirios le quedaron sometidos y le pagaron tributo. El Señor daba la victoria a David por dondequiera que iba. (II Samuel 8, 6)

  • Puso guarniciones en Edón, y los edomitas quedaron sometidos a David. El Señor daba la victoria a David por dondequiera que iba. (II Samuel 8, 14)


“Procuremos servir ao Senhor com todo o coração e com toda a vontade. Ele nos dará sempre mais do que merecemos.” São Padre Pio de Pietrelcina