Talált 195 Eredmények: evangelio eterno

  • ¿Acaso cometí un pecado porque me humillé a mí mismo para ensalzaros a vosotros, predicándoos de balde el evangelio de Dios? (II Corintios 11, 7)

  • Estoy sorprendido de que tan rápidamente os hayáis apartado de aquel que os llamó por la gracia de Cristo y os hayáis pasado a otro evangelio. (Gálatas 1, 6)

  • Eso no es otro evangelio; lo que pasa es que algunos siembran entre vosotros la confusión y quieren deformar el evangelio de Cristo. (Gálatas 1, 7)

  • Pero si yo mismo o incluso un ángel del cielo os anuncia un evangelio distinto del que yo os anuncié, sea maldito. (Gálatas 1, 8)

  • Os repito lo que ya os dije antes. Si alguien os anuncia un evangelio distinto del que habéis recibido, sea maldito. (Gálatas 1, 9)

  • Hermanos, os aseguro que el evangelio predicado por mí no es un producto humano; (Gálatas 1, 11)

  • Fui, impulsado por una revelación divina; y, en privado, expuse a los dirigentes el evangelio que predico a los paganos, para saber si estaba o no trabajando inútilmente. (Gálatas 2, 2)

  • Pero ni por un momento les prestamos sumisión, para que la verdad del evangelio persevere entre vosotros. (Gálatas 2, 5)

  • antes al contrario, vieron que yo había recibido la misión de anunciar el evangelio a los paganos, como Pedro a los judíos, (Gálatas 2, 7)

  • Cuando vi que no se portaban conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro en presencia de todos: Si tú, siendo judío, vives como los paganos y no como los judíos, ¿cómo obligas a los paganos a seguir los ritos judíos? (Gálatas 2, 14)

  • Pero sabéis que, debido a una enfermedad que tuve, os anuncié por primera vez el evangelio; (Gálatas 4, 13)

  • también vosotros los que habéis escuchado la palabra de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, en el que habéis creído, habéis sido sellados con el Espíritu Santo prometido, (Efesios 1, 13)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina