Talált 31 Eredmények: gusto

  • Se admiten con gusto las palabras imparciales; pero ¿para qué sirven vuestras críticas? (Job 6, 25)

  • nos haces retroceder ante nuestros adversarios, y nuestros enemigos nos saquean a su gusto; (Salmos 44, 11)

  • para que instruyera a los nobles a su gusto y enseñara la sabiduría a los ancianos. (Salmos 105, 22)

  • Como aquel que quiere preparar un banquete y contentar a otros se impone una tarea nada fácil, nosotros, para complacer a otros, soportaremos con gusto esta fatiga. (II Macabeos 2, 27)

  • Y así aquéllos, aunque estaban ansiosos de alimento, ante el aspecto repugnante de los animales que les enviaste, perdieron las ganas de comer; mientras que tu pueblo, después de una breve privación, gustó un manjar exquisito. (Sabiduría 16, 3)

  • A tu pueblo, en cambio, le diste alimento de ángeles, le procuraste desde el cielo un pan preparado sin trabajo por su parte, capaz de dar todo placer y acomodado al gusto de cada uno. (Sabiduría 16, 20)

  • Ese sustento tuyo manifestaba tu dulzura para con tus hijos, pues se acomodaba al deseo de quienes lo comían y se transformaba a gusto de cada uno. (Sabiduría 16, 21)

  • Por esto, también entonces, amoldándose a todas las formas, estaba al servicio de tu generosidad, que alimenta a todos a gusto de los necesitados. (Sabiduría 16, 25)

  • Por lo que a ti te gusta juzga del gusto de los otros, y sé discreto en todo. (Eclesiástico 31, 15)

  • ¿A quién he de hablar? ¿A quién conjurar para que escuche? Ved, su oído está incircunciso, no pueden escuchar. Ved, la palabra del Señor es para ellos objeto de irrisión; han perdido su gusto. (Jeremías 6, 10)

  • Cuando la vasija que hacía le salía mal, como suele ocurrir con la arcilla en manos del alfarero, volvía a hacer otra vasija a su gusto. (Jeremías 18, 4)

  • porque Herodes respetaba a Juan, pues reconocía que era un hombre justo y santo, y lo protegía; cuando lo oía quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto. (Marcos 6, 20)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina