Talált 179 Eredmények: lista de siervos del rey

  • El rey volvió a enviar un tercer capitán con sus cincuenta soldados. Pero este tercer capitán fue, se postró de rodillas ante Elías y le suplicó: "Hombre de Dios, ¡por favor! Que mi vida y la de estos cincuenta siervos tuyos sea preciosa a tus ojos. (II Reyes 1, 13)

  • Luego le dijeron: "Mira, entre tus siervos hay cincuenta hombres robustos. Que vayan y busquen a tu amo, no sea que le haya arrebatado el espíritu del Señor y le haya arrojado en algún monte o en algún valle". Pero él dijo: "No los mandéis". (II Reyes 2, 16)

  • Eliseo le dijo: "¿Es que no iba contigo mi espíritu cuando un hombre se bajó de su carro para saludarte? Ahora que has recibido dinero podrás comprar vestidos, olivares y viñedos, ovejas y bueyes, siervos y siervas; (II Reyes 5, 26)

  • Exterminarás a la casa de Ajab, tu señor, y yo tomaré venganza en Jezabel de la sangre de mis siervos, los profetas, y de la sangre de todos los siervos del Señor. (II Reyes 9, 7)

  • Así que el mayordomo de palacio, los grandes de la ciudad, los ancianos y los tutores mandaron a decir a Jehú: "Somos tus siervos; haremos lo que nos mandes. A nadie proclamaremos rey; haz lo que quieras". (II Reyes 10, 5)

  • Le asestaron el golpe sus siervos Yozacar, hijo de Simat, y Yehozabad, hijo de Somer, y murió. Fue sepultado con sus antepasados en la ciudad de David. Le sucedió en el trono su hijo Amasías. (II Reyes 12, 22)

  • Cuando se sintió fuerte en el trono, mató a los siervos que habían asesinado a su padre. (II Reyes 14, 5)

  • El Señor había advertido a Israel y a Judá por medio de los profetas y de los videntes: "Arrepentíos de vuestros malos caminos, guardad mis preceptos y mandamientos y seguid la ley que di a vuestros padres y que os comuniqué por medio de mis siervos, los profetas". (II Reyes 17, 13)

  • hasta que el Señor echó de su presencia a Israel, según lo había predicho por boca de sus siervos los profetas. E Israel fue deportado de su país a Asiria hasta nuestros días. (II Reyes 17, 23)

  • No puedes hacer huir al más insignificante de los siervos de mi señor, ¿y esperas conseguir carros y caballos en Egipto? (II Reyes 18, 24)

  • Entonces Eliaquín, hijo de Jelcías, Sebná y Yoaj dijeron al copero mayor: "Por favor, habla a tus siervos en arameo, pues nosotros lo entendemos; no nos hables en judío a oídos del pueblo que está sobre la muralla". (II Reyes 18, 26)

  • y éste les respondió: "Decid a vuestro señor: Esto dice el Señor: No te asustes por las palabras que has oído, con las cuales me han insultado los siervos del rey de Asiria. (II Reyes 19, 6)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina