Talált 1464 Eredmények: mal

  • pero hacedlo con dulzura y con respeto, con la conciencia tranquila, para que los que interpretan mal vuestra vida cristiana queden avergonzados de sus mismas palabras. (I Pedro 3, 16)

  • Mejor es sufrir por hacer el bien que por hacer el mal, si Dios así lo dispone. (I Pedro 3, 17)

  • Que ninguno de vosotros tenga que sufrir por ser homicida, ladrón, malhechor o por mezclarse en asuntos ajenos (I Pedro 4, 15)

  • Muchos los seguirán en sus desvergüenzas, y por su causa será maldecido el camino de la verdad. (II Pedro 2, 2)

  • Estos hombres son como animales irracionales, destinados por ley natural a ser cazados y a morir; hablan mal contra las cosas que no conocen, y morirán como los animales; (II Pedro 2, 12)

  • tienen sus ojos llenos de adulterio y no se hartan de pecar; seducen a los inestables; tienen el corazón habituado a la avaricia, son gente maldita. (II Pedro 2, 14)

  • En cambio, la misma palabra de Dios tiene reservados y guardados los cielos y la tierra actuales para el día del juicio y de la perdición de los malhechores. (II Pedro 3, 7)

  • Padres, os escribo porque habéis conocido al que es desde el principio. Jóvenes, os escribo porque habéis vencido al maligno. (I Juan 2, 13)

  • Niños, os escribo porque habéis conocido al Padre. Padres, os escribo porque habéis conocido al que es desde el principio. Jóvenes, os escribo porque sois fuertes, la palabra de Dios está en vosotros y habéis vencido al maligno. (I Juan 2, 14)

  • no como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. Y ¿por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. (I Juan 3, 12)

  • Sabemos que el que ha nacido de Dios no peca; pero el Hijo de Dios lo guarda, y el maligno no lo toca. (I Juan 5, 18)

  • Nosotros sabemos que somos de Dios, y que todo el mundo está en poder del maligno. (I Juan 5, 19)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina