Talált 34 Eredmények: midió

  • A continuación me llevó al atrio interior por el pórtico sur. Midió este pórtico que daba al sur: tenía iguales dimensiones que los otros. (Ezequiel 40, 28)

  • Después me llevó al pórtico que mira al este, y lo midió. Tenía las mismas dimensiones de los otros. (Ezequiel 40, 32)

  • Me llevó después al pórtico norte y lo midió. (Ezequiel 40, 35)

  • Midió luego el atrio: era un cuadrado de cincuenta metros de lado. El altar estaba frente al templo. (Ezequiel 40, 47)

  • Después me llevó al vestíbulo del templo y midió sus pilastras: dos metros y medio por cada lado; la anchura del pórtico era de metro y medio por ambos lados. (Ezequiel 40, 48)

  • Después me introdujo en la nave central y midió sus pilastras: tres metros de anchura por un lado y tres por el otro. (Ezequiel 41, 1)

  • La anchura de la puerta era de cinco metros: dos metros y medio por un lado y dos y medio por el otro. Midió también el santuario: veinte metros de largo por diez de ancho. (Ezequiel 41, 2)

  • De allí penetró en el interior y midió las pilastras de la puerta: un metro; la puerta: tres metros; la anchura de la puerta: tres metros y medio. (Ezequiel 41, 3)

  • Midió después el muro del templo: tres metros, y la anchura de las salas laterales: dos metros, todo alrededor del templo. (Ezequiel 41, 5)

  • Después midió el templo: cincuenta metros de longitud; el espacio cercado, más la construcción y sus muros: cincuenta metros de longitud. (Ezequiel 41, 13)

  • Midió también la longitud del edificio frente al espacio cercado de la parte de atrás, con sus pórticos a uno y a otro lado: cincuenta metros. El interior del santuario y los vestíbulos del atrio, (Ezequiel 41, 15)

  • Cuando acabó de medir el interior del templo, me sacó fuera hacia el pórtico este y midió el atrio todo en torno. (Ezequiel 42, 15)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina