Talált 24 Eredmények: misión

  • Moisés contó a Aarón todo lo que le había dicho el Señor al encomendarle la misión y todos los prodigios que le había ordenado. (Exodo 4, 28)

  • Estoy tan fuerte hoy como el día en que me confió Moisés esta misión; tengo el mismo vigor que entonces para luchar, para ir y venir. (Josué 14, 11)

  • Jefté envió mensajeros al rey de los amonitas con esta misión: "¿Qué tienes contra mí para que vengas a hacerme la guerra en mi tierra?". (Jueces 11, 12)

  • David le respondió: "El rey me ha dado esta orden: Que nadie conozca la misión que te confío y la orden que te he dado. Por eso he dado cita a mis hombres en tal lugar. (I Samuel 21, 3)

  • Matatías, uno de los levitas, primogénito de Samuel el corajita, tenía la misión de preparar las tortas fritas en sartén. (I Crónicas 9, 31)

  • Les dio estas órdenes: "Cumplid vuestra misión con temor de Dios, con fidelidad y con honradez. (II Crónicas 19, 9)

  • Puse al cargo de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc y al levita Pedayas y, como adjunto, a Janán, hijo de Zacur y nieto de Matanías, porque eran tenidos como personas de confianza. Su misión era hacer las reparticiones entre sus hermanos. (Nehemías 13, 13)

  • Lo mandó con el pérfido Alcimo, al que hizo sumo sacerdote, con la misión de vengarse de los israelitas. (I Macabeos 7, 9)

  • El rey mandó a Nicanor, uno de sus más ilustres generales y enemigo declarado de Israel, con la misión de destruir al pueblo. (I Macabeos 7, 26)

  • Josué, hijo de Nun, fue guerrero valiente, sucesor de Moisés en la misión profética; él fue según su nombre grande para salvación de los elegidos de Dios, para tomar venganza de sus enemigos y dar posesión a Israel de su heredad. (Eclesiástico 46, 1)

  • así la palabra que sale de mi boca no vuelve a mí sin resultado, sin haber hecho lo que yo quería y haber llevado a cabo su misión. (Isaías 55, 11)

  • Entonces Zorobabel, hijo de Sealtiel; Josué, hijo de Yehosadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo escucharon la voz del Señor, su Dios, y las palabras de Ageo, el profeta, según la misión que el Señor le había encomendado, y el pueblo se llenó de temor ante el Señor. (Ageo 1, 12)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina