Talált 1270 Eredmények: muerte de Moisés

  • y sin haber encontrado ninguna causa de muerte, le condenaron y pidieron a Pilato que lo matase. (Hechos 13, 28)

  • y quien cree en él es justificado de todas las cosas de las que no pudisteis ser justificados por la ley de Moisés. (Hechos 13, 39)

  • Algunos que vinieron de Judea enseñaban a los hermanos: "Si no os circuncidáis según el rito de Moisés, no podéis salvaros". (Hechos 15, 1)

  • Algunos de la secta de los fariseos que habían abrazado la fe se levantaron y dijeron que los paganos debían circuncidarse y guardar la ley de Moisés. (Hechos 15, 5)

  • Pues en cada ciudad hay desde antiguo quienes leen y proclaman la ley de Moisés los sábados en la sinagoga". (Hechos 15, 21)

  • Pero han oído decir de ti que induces a los judíos que viven entre paganos a que dejen la ley de Moisés, que no circunciden a sus hijos y que no sigan las tradiciones. (Hechos 21, 21)

  • yo he perseguido a muerte este nuevo camino, encadenando y metiendo en la cárcel a hombres y a mujeres, (Hechos 22, 4)

  • he encontrado que lo acusaban por cuestiones de su ley y que no había cometido delito que merezca la muerte o la prisión. (Hechos 23, 29)

  • Si he cometido algún delito que merezca la muerte, no me niego a morir; pero si no hay nada de lo que éstos me acusan, nadie puede entregarme a ellos. Apelo al césar". (Hechos 25, 11)

  • Yo he constatado que él no había hecho nada que mereciera la muerte; pero como él mismo ha apelado a Augusto, he decidido enviarlo. (Hechos 25, 25)

  • y lo hice, en efecto, en Jerusalén; con la autorización de los sumos sacerdotes, metí en la cárcel a muchos fieles y di mi voto para que los condenaran a muerte. (Hechos 26, 10)

  • Pero con la ayuda de Dios me mantengo hasta hoy dando testimonio a chicos y grandes, no afirmando nada fuera de lo que los profetas y Moisés dijeron que había de suceder: (Hechos 26, 22)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina