Talált 914 Eredmények: muros de la ciudad
Si uno encuentra en la ciudad a una joven virgen prometida de otro y se acuesta con ella, (Deuteronomio 22, 23)
los dos serán sacados a las puertas de la ciudad y matados a pedradas: la joven por no haber pedido socorro estando en la ciudad, y el hombre por haber deshonrado a la mujer de su prójimo. (Deuteronomio 22, 24)
Se quedará contigo, entre los tuyos, en el lugar que él elija y en la ciudad que más le guste; no le molestarás. (Deuteronomio 23, 17)
Pero si el hermano no quiere casarse con su cuñada, ésta se presentará en las puertas de la ciudad a los ancianos y les dirá: Mi cuñado no quiere mantener vivo en Israel el nombre de su hermano; no quiere cumplir conmigo sus deberes de cuñado. (Deuteronomio 25, 7)
Los ancianos de la ciudad lo llamarán y le hablarán. Si persiste en su negativa, diciendo: No quiero casarme con ella, (Deuteronomio 25, 8)
Serás bendito en la ciudad y bendito en el campo. (Deuteronomio 28, 3)
Maldito serás en la ciudad y maldito en el campo. (Deuteronomio 28, 16)
el Negueb, el distrito del valle de Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Soar. (Deuteronomio 34, 3)
al oscurecer, cuando se iba a cerrar la puerta de la ciudad, los hombres salieron, y no sé dónde fueron. Daos prisa, perseguidlos y seguro que los alcanzaréis". (Josué 2, 5)
Como Rajab vivía en una casa adosada a la muralla de la ciudad, con una soga les hizo bajar por la ventana. (Josué 2, 15)
cuando entremos en la ciudad, atarás a la ventana por la que nos vamos a descolgar esta cinta de color escarlata, y reunirás junto a ti, en casa, a tu padre, a tu madre, a tus hermanos y a toda tu familia. (Josué 2, 18)
las aguas que venían de arriba se pararon y se amontonaron a mucha distancia -desde Adán hasta la ciudad que está próxima a Sartán-, y las que bajaban al mar de Arabá, el mar Muerto, quedaron enteramente separadas de las otras, mientras el pueblo pasó frente a Jericó. (Josué 3, 16)