Talált 358 Eredmények: oposición a los judíos

  • Allí encontró a un judío llamado Áquila, oriundo del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su mujer, Priscila, por haber decretado Claudio que salieran de Roma todos los judíos. (Hechos 18, 2)

  • Todos los sábados discutía en la sinagoga, intentando convencer a judíos y a griegos. (Hechos 18, 4)

  • Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se entregó por completo a la predicación de la palabra, proclamando ante los judíos que Jesús era el mesías. (Hechos 18, 5)

  • Siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se sublevaron a una contra Pablo y lo llevaron ante el tribunal (Hechos 18, 12)

  • Pablo iba a hablar, cuando Galión dijo a los judíos: "Si se tratase de un crimen o de un delito grave, yo os escucharía pacientemente, como es de justicia; (Hechos 18, 14)

  • Llegaron a Éfeso, donde se separó de ellos. Fue a la sinagoga y estuvo discutiendo con los judíos. (Hechos 18, 19)

  • Con argumentos sólidos refutaba en público a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el mesías. (Hechos 18, 28)

  • Esto duró dos años, de manera que todos los habitantes de Asia, tanto judíos como paganos, oyeron la palabra de Dios. (Hechos 19, 10)

  • Algunos exorcistas judíos ambulantes intentaron también invocar el nombre de Jesús, el Señor, sobre los que estaban poseídos por espíritus malignos, diciendo: "Os conjuro por Jesús, a quien Pablo predica". (Hechos 19, 13)

  • Esto se divulgó entre todos los habitantes de Éfeso, judíos y griegos; un gran temor se apoderó de todos ellos y se ensalzaba el nombre de Jesús, el Señor. (Hechos 19, 17)

  • Algunos judíos empujaron a Alejandro para que hablara a la gente, y Alejandro hizo señal con la mano de que quería hablar al pueblo. (Hechos 19, 33)

  • donde pasó tres meses. Cuando iba a embarcarse para Siria, se enteró de que los judíos habían preparado un atentado contra él, por lo que determinó volver por Macedonia. (Hechos 20, 3)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina