Talált 257 Eredmények: pies

  • Simón Pedro dijo: "Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza". (Juan 13, 9)

  • Jesús le dijo: "El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, pues está completamente limpio; y vosotros estáis limpios, aunque no todos". (Juan 13, 10)

  • Después de lavarles los pies, se puso el manto, se sentó de nuevo a la mesa y les dijo: "¿Entendéis lo que os he hecho? (Juan 13, 12)

  • Pues si yo, el señor y el maestro, os he lavado los pies, también vosotros os los debéis lavar unos a otros. (Juan 13, 14)

  • y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, sentados uno a la cabecera y otro a los pies, donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. (Juan 20, 12)

  • hasta que haga a tus enemigos estrado de tus pies. (Hechos 2, 35)

  • Lo agarró de la mano derecha y lo levantó; y al instante sus pies y sus tobillos se fortalecieron; (Hechos 3, 7)

  • lo ponían a los pies de los apóstoles y se repartía a cada uno según sus necesidades. (Hechos 4, 35)

  • tenía un campo, lo vendió, trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles. (Hechos 4, 37)

  • y se quedó con parte del precio, sabiéndolo su mujer; llevó el resto y lo puso a los pies de los apóstoles. (Hechos 5, 2)

  • Pedro replicó: "¿Por qué os pusisteis de acuerdo para tentar al Espíritu del Señor? Ahí tienes a la puerta los pies de los que acaban de enterrar a tu marido; ellos te llevarán a ti también". (Hechos 5, 9)

  • Cayó fulminantemente a los pies de él y expiró. Los jóvenes entraron, la encontraron muerta y la llevaron a enterrar junto a su marido. (Hechos 5, 10)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina