Talált 12 Eredmények: religión

  • Matatías les respondió en voz bien alta: "Aunque todas las naciones que constituyen el imperio siguieran al rey, abandonando la religión de sus padres y obedeciendo sus órdenes, (I Macabeos 2, 19)

  • No oiremos las órdenes del rey y no nos apartaremos de la religión ni a la derecha ni a la izquierda". (I Macabeos 2, 22)

  • Antíoco sospechaba que lo despreciaba, y pensó que también lo recriminaba. Pero, con todo, al más joven, que quedaba todavía, no solamente le exhortaba con palabras, sino que le prometía con juramento enriquecerlo de una vez y hacerle el más feliz, y, una vez que hubiera renegado de su religión y abandonado las leyes patrias, tenerle como amigo, proveerle de todo lo necesario y darle un cargo de gobierno. (II Macabeos 7, 24)

  • Ha dicho el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí tan sólo con palabras, y sólo de labios me honra, mientras su corazón está lejos de mí, siendo así su religión para conmigo sólo un mandamiento humano, una lección aprendida, (Isaías 29, 13)

  • sólo tenían contra él ciertas cuestiones acerca de su propia religión y de un tal Jesús, que ha muerto y que Pablo decía que estaba vivo. (Hechos 25, 19)

  • Ellos me conocen hace mucho tiempo y, si quieren, pueden testificar que he vivido como fariseo, conforme a la secta más rigurosa de nuestra religión. (Hechos 26, 5)

  • Y sin duda alguna es grande el misterio de nuestra religión: "Que se ha manifestado como hombre, ha sido acreditado por el Espíritu, se ha mostrado a los ángeles, ha sido anunciado a las naciones, creído en el mundo, elevado a la gloria". (I Timoteo 3, 16)

  • pues los ejercicios corporales son útiles para bien poco, mientras que la religión es útil para todo, pues tiene promesas para la vida presente y para la futura. (I Timoteo 4, 8)

  • Si alguno enseña cosas distintas y no admite la enseñanza salvadora de nuestro Señor Jesucristo y la doctrina de nuestra religión, (I Timoteo 6, 3)

  • conflictos interminables, propios de personas obcecadas e ignorantes, que piensan que la religión es un negocio; (I Timoteo 6, 5)

  • Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo para dar a los elegidos de Dios la fe y el conocimiento de la verdad de nuestra religión, (Tito 1, 1)

  • que nadie sea lujurioso ni desprecie la religión, como Esaú, quien, por una comida, vendió sus derechos de primogénito. (Hebreos 12, 16)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina