Talált 1317 Eredmények: son

  • Porque el amor de Dios consiste en guardar sus mandamientos, y sus mandamientos no son pecados. (I Juan 5, 3)

  • Pues tres son los que dan testimonio: (I Juan 5, 7)

  • Estos son una vergüenza para vuestras comidas fraternas, comen y beben desvergonzadamente, cebándose a sí mismos. Nubes sin agua arrastradas por el viento; arboles infructuosos en el otoño, dos veces muertos, arrancados de cuajo; (Judas 1, 12)

  • Son murmuradores, descontentos, que viven conforme a sus pasiones; su boca profiere fanfarronadas, adulando a las personas con vistas a su propio interés. (Judas 1, 16)

  • Estos son los que provocan discordias, hombres sensuales, privados del Espíritu. (Judas 1, 19)

  • Éste es el secreto de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete Iglesias, y los siete candelabros son las siete Iglesias". (Apocalipsis 1, 20)

  • Conozco tu sufrimiento y tu pobreza (aunque eres rico) y las calumnias de parte de los que se llaman judíos sin serlo, pues son más bien una sinagoga de Satanás. (Apocalipsis 2, 9)

  • Conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu servicio, tu constancia; tus últimas obras son más numerosas que las primeras. (Apocalipsis 2, 19)

  • Pero tienes todavía en Sardes algunas personas que no han manchado sus vestidos; ellas caminarán conmigo con vestiduras blancas, porque son dignas de ello. (Apocalipsis 3, 4)

  • Después de esto tuve una visión. Vi una puerta abierta en el cielo; y la voz del principio, la que oí hablarme como con sonido de trompeta, me dijo: "Sube aquí y te mostraré lo que va a suceder en seguida". (Apocalipsis 4, 1)

  • Del trono salían rayos, voces y truenos. Siete lámparas de fuego ardían delante del trono (que son los siete espíritus de Dios). (Apocalipsis 4, 5)

  • Entonces, junto al trono, vi un cordero rodeado de los cuatro vivientes y de los ancianos. Estaba de pie y como degollado. Tenía siete cuernos y siete ojos (éstos son los siete espíritus de Dios enviados por todo el mundo). (Apocalipsis 5, 6)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina